Sospechan que mafia japonesa asesinó a alcalde de Nagasaki
A los japoneses no les sorprendió que el hombre que asesinó al alcalde de Nagasaki era un gángster, pues en este país donde la tenencia de armas es duramente restringida, la mayoría de los homicidios son de la mafia.
El alcalde de Nagasaki, Iccho Ito, fue baleado el martes en la noche y murió en la madrugada del miércoles, y la policía arrestó en el sitio del ataque a su asesino, miembro del principal sindicato del crimen de Japón, informaron las autoridades.
Ito, de 61 años, recibió dos balazos en la espalda. Tetsuya Shiroo, un importante miembro de Yamaguchi-gumi, el principal sindicato del crimen del país, fue capturado cerca del cuerpo del alcalde, y confesó haber disparado contra el funcionario, dijo la policía.
Según las autoridades, Shiroo asesinó al alcalde luego que la ciudad no atendió a sus demandas para que lo compensara por daños a su vehículo a raíz de un bache en la calle. El homicidio concentró la atención en el papel que desempeña la mafia japonesa, o «yakuza», en los raros tiroteos que se registran en Japón.
«Este asesinato, que se llevó a cabo en medio de una campaña electoral, es una amenaza contra la democracia», dijo el primer ministro Shinzo Abe. «Debemos actuar con firmeza para erradicar la violencia».
De los 53 ataques a balazos de que se informó en el 2006, dos terceras partes, 36, fueron atribuidos a grupos del crimen organizado, informó la Agencia Nacional de Policía.
El porte de armas de fuego está prohibido en Japón para los ciudadanos, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde se estima que unos 70 millones de ciudadanos cuentan con armas cortas y largas. Sólo policías y personas con razones para tener armas, como instructores de tiro, pueden poseerlas.
Pero los sindicatos del crimen cuentan con el dinero y con las conexiones internacionales para introducir armas de contrabando en Japón.
«El alcalde de Nagasaki fue asesinado por un arma de posesión ilegal», dijo Yasuhisa Shiozaki, jefe del gabinete.
El ataque ocurrió pese a una drástica baja de tiroteos en años recientes, de 158 en el 2002, a 53 el año pasado. Se calcula que los responsables de un 70% de esos tiroteos fueron miembros de la mafia japonesa.