Ejército de Líbano está decidido a acabar con rebeldes de Fatah Al Islam
Residentes salieron ayer a la calle a expresar su rechazo en el lugar donde explotó otra bomba, en Aley, cerca de Beirut. El ministro de defensa lanzó ayer un severo ultimátum, luego de tres días de intensos bombardeos al campamento de refugiados donde se atrintechan, desatados por un ataque contra las tropas.
Como respuesta, los milicianos del grupo radical islámico, inspirado en la red Al Qaeda, prometieron no darse por vencidos y combatir cualquier ataque libanés.
El allanamiento del campo Nahr Al Bared -una población de calles angostas y gran densidad de habitantes ubicada en la costa del Mediterráneo-podría significar intensos enfrentamientos urbanos para las tropas libanesas y más muerte y destrucción para los miles de civiles que permanecen allí.
También podría tener graves repercusiones en otras partes de Líbano, y provocar agitación entre unos 400.000 refugiados palestinos que se encuentran en el país. Otros campamentos de refugiados en territorio libanés, llenos de grupos armados, están muy molestos por los combates.
Pero el Ejército parecía decidido a acabar de raíz con Fatah Al Islam, luego de tres días de intensos bombardeos al campamento, desatados por un ataque efectuado el domingo por los milicianos contra tropas libanesas,tras una redada sobre miembros del grupo en la ciudad de Trípoli, en el norte del país.
Arresto o muerte
«Se están efectuando preparativos en serio para acabar con el asunto -dijo el ministrode defensa, Elias Murr, en una entrevista a la televisora AlArabiya-. El ejército no negociará con un grupo de terroristas y criminales. Su destino es el arresto, y si se resisten, la muerte».
Los miembros del Fatah Al Islam dijeron estar listos para pelear. «No vamos a permitir que esos cerdos nos derroten», afirmó un combatiente, acompañado por media docena de colegas suyos frente a la oficina del grupo en el campamento. El miliciano, que se identificó con el seudónimo Abu Jaafar, portaba un cinto cargado de granadas.
Otro miliciano que se identificó como Abu Hureira declaró: «Estamos dispuestos a aceptar un cese al fuego permanente si nos podemos quedar, si se detiene la acción militar en nuestra contra y si se permite que retorne la normalidad al campamento. Si ingresan, estamos preparados. Pueden intentarlo pero no lo lograrán. Se encontrarán con una masacre» dijo.
Las autoridades descubrieron el cadáver del número dos del grupo, Abu Madyan, cerca del campamento de Nahr Al Bared, en las afueras de Trípoli. El rebelde habría muerto el lunes durante los primeros enfrentamientos.
Firme condena de la ONU
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó ayer los ataques del grupo de milicianos Fatah Al Islam «en los términos más duros posibles», por considerarlos una agresión inaceptable a la estabilidad, seguridad y soberanía del país.
El embajador de E.U., Zalmay Khalilzad, actual presidente del Consejo, llamó a los libaneses «para que sigan manteniendo la unidad nacional ante ese tipo de intentos que buscan socavar la estabilidad del país».
Mientras, los miembros del Consejo hicieron énfasis en «su disponibilidad de seguir actuando en apoyo del gobierno legítimo y democráticamente electo» del país.
Campamento de Nahr Al Bared
Con información de AP