Mueren siete niños en bombardeo

Siete niños mueren en bombardeo de escuela coránica en Afganistán
Kabul.- Siete niños murieron en un bombardeo aéreo contra una escuela coránica y una mezquita al sur de Afganistán, donde se suponía había combatientes de Al-Qaida, anunció la coalición un día después del más mortífero atentado suicida perpetrado en ese país.
Por otra parte, los combates donde participó la aviación aliada prosiguieron en el sur, en la provincia de Helmand, foco de la insurrección de los talibanes.
La coalición afirmó haber matado a «varias decenas de rebeldes», un balance aproximado que no pudo ser verificado en fuentes independientes, informó AFP.
En la provincia de Paktika (sureste), «las fuerzas afganas y de la coalición efectuaron una operación el domingo en el distrito de Zarghun Shah, que culminó con la muerte de varios militantes y siete civiles, como también con la arrestación de dos militantes», según un comunicado de la coalición.
«Según un primer informe, siete niños murieron durante un ataque aéreo contra una madrasa (escuela coránica)», según la coalición, que dio cuenta de «daños leves» en una mezquita adyacente.
Interrogada por la AFP, la coalición rechazó toda precisión sobre los «combatientes de al-Qaida». Un portavoz, Chris Belcher, los acusó de «haberse servido de la mezquita, así como de los civiles inocentes, para protegerse».
Las autoridades locales afirmaron no tener información de esta operación.
Las fuerzas estadounidenses están en el banquillo por varios «errores» o «daños colaterales» que desde principios de año han provocado decenas de muertos civiles en Afganistán.
Esta operación se efectuó después de un ataque suicida en Kabul contra un autocar de la policía que dejó unos 35 muertos, en el atentado más mortífero en este país desde la caída del régimen integrista de los talibanes a fines de 2001.
Este atentado era el quinto en tres días en Afganistán. Una ola de ataques que dejó en total 49 muertos, civiles, policías y un soldado holandés.
En los cuatro primeros meses de este año, entre 320 y 380 civiles murieron en violencias en Afganistán, cometidas tanto por los insurgentes como por las fuerzas internacionales, según la misión de la ONU en Kabul.
La semana pasada, los ministros de Defensa de los 26 países de la OTAN se habían comprometido en Bruselas a «minimizar» las pérdidas de civiles afganos.
«Estamos conscientes que las pérdidas civiles pueden minar nuestros esfuerzos en todos los terrenos, seguridad, reconstrucción y desarrollo», había declarado hace poco un responsable de la OTAN que pidió mantener el anonimato.
A fines de abril unos cincuenta civiles murieron en bombardeos de las fuerzas estadounidenses al oeste, según la ONU.
En la noche del domingo, un soldado noruego fue herido por disparos en la provincia de Fayab (noroeste), región donde los ataques son poco frecuentes.

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