Polémico canje

El pasado 31 de agosto, el presidente venezolano Hugo Chávez Frías asumió su papel de mediador para llevar a cabo un acuerdo humanitario en Colombia, con la finalidad de liberar a guerrilleros presos por rehenes que se encuentran a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Al bajarse del avión presidencial que lo llevó rumbo a Bogotá el mes pasado, el mandatario venezolano afirmó a los periodistas que tenía fe y optimismo por conservar las relaciones bilaterales con Colombia, “por poder contribuir en el tema del canje humanitario, en el tema de la búsqueda de la paz para todos, para Venezuela, para Colombia”.
A simple vista, este acuerdo pareciera no ser la mejor forma de resolver un conflicto de esta naturaleza. Sin embargo, el presidente colombiano Álvaro Uribe ha ratificado en numerosas ocasiones una posición de suma importancia: no aceptará que los guerrilleros que salgan de la cárcel regresen a las filas insurgentes.
Uribe considera esta opción como “inamovible” para que su Gobierno acepte realizar el canje. Asimismo, ha hecho hincapié en otros dos puntos relevantes: la no aceptación de una zona de despeje para negociar con las FARC y que la guerrilla utilice estas opciones como una manera de posicionamiento político.
Los más esperanzados son los familiares de los secuestrados, quienes cada vez más piden que el proceso se agilice. Entre los apresados por la guerrilla se encuentran Marc Gonsalves, Thomas Howe y Keith Stannsen, contratistas del departamento de Estado norteamericano, quienes se encuentran privados de su libertad desde febrero de 2003, cuando el avión en que viajaban para realizar labores antidrogas fue derribado por los rebeldes.
Asimismo, a parte de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, también se encuentran en manos de las FARC varios políticos, policías y militares, que forman parte de un grupo de 45 rehenes que podrían ser intercambiados por los guerrilleros presos. Sin embargo, en cuanto a estos últimos, Uribe tampoco ha dado todo su brazo a torcer.
Durante la Asamblea anual de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llevada a cabo en Nueva York, afirmó que su Gobierno se oponía rotundamente a que los miembros de las FARC “Sonia” y “Simón Trinidad”, presos en EE.UU., fueran devueltos a Colombia antes de cumplir sus condenas.
Su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, también ha expresado su ayuda en llevar a cabo este proceso de paz. Su deseo es que Betancourt retorne lo antes posible con sus familiares ya que ella también es francesa. Mientras Uribe centró su discurso de la ONU en el tema del canje humanitario, Chávez canceló su presencia en la Asamblea por “complicaciones de agenda” y decidió enviar al ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro.
Aún sobran las expectativas de lo que pasará con este acuerdo, sin embargo, no dejan de ser cruciales las conversaciones y reuniones llevadas a cabo entre el presidente colombiano y el venezolano con la finalidad de lograr un futuro acuerdo entre Bogotá y las FARC. De alguna manera, este conflicto tiene que resolverse. Los contactos entre las partes han fortalecido el proceso con la finalidad de poder alcanzar el objetivo final: lograr la paz del país andino.

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