Víctimas piden fin de los secuestros

Víctimas piden en Madrid el fin de los secuestros en Colombia
Madrid.- Las voces de las víctimas del terrorismo se alzaron hoy en Madrid en un congreso internacional en el que Colombia, a través de su canciller y ex rehén de las FARC, Fernando Araújo, exigió la libertad inmediata para todos los secuestrados por la guerrilla.
En la primera ponencia del IV Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, en el que participan víctimas de España y de otros diez países, el ministro colombiano pidió que en todo el mundo «se escuche la voz de las víctimas y el grito de ‘libertad ya para todos'».
Ante una concurrencia en la que estaban presentes otras 25 víctimas colombianas, Araújo, que estuvo secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entre diciembre del 2000 y diciembre de 2006, se refirió a las bandas del «narco-terrorismo» que «inundan a Colombia de conflicto, de violencia y de masacres».
El canciller aludió también al «Estado débil o indiferente» en el que prosperaron estos grupos violentos y lamentó que como consecuencia del auge de la guerrilla emergieran los paramilitares, unos «sistemas de terror igual o peor que los narcoterroristas», con lo cual -añadió- «el remedio fue peor que la enfermedad», indicó Efe.
Según Araújo, Colombia tiene el «desafío descomunal» de reparar a un número «inconmensurable» de víctimas a un costo «que exigirá enormes esfuerzos a la sociedad y al Estado».
Al explicar la postura del Gobierno, se refirió a la aplicación de políticas destinadas a «invitar a los victimarios a que regresen al seno de la sociedad» y entiendan que Colombia está compuesta «por almas generosas deseosas de vivir en paz y unidad, de crecer juntos y de construir un mundo mejor para todos».
El ministro citó además los tres parámetros sobre los que el Gobierno colombiano quiere desarrollar la sociedad: el afianzamiento de la seguridad, el apoyo a la inversión responsable que respete el medio ambiente y los derechos laborales, y la búsqueda de la justicia social.
Como prólogo a la intervención de Araújo, la embajadora de Colombia en España, Noemí Sanín, pronunció unas palabras en las que aseguró que España es un «país maestro» para Colombia, pues le ha «enseñado el valor de las víctimas y cómo respetarlas».
Se refirió a las víctimas colombianas, a muchas que murieron, a las que permanecen secuestradas y a las invitadas al Congreso, entre ellas Clara Rojas, liberada el pasado día 10 por las FARC después de seis años de cautiverio, y a su madre, Clara González, de quien destacó la «dignidad» con la que afrontó los años en que su hija estuvo en poder de la guerrilla.
Otra de las víctimas colombianas asistentes al Congreso, Gustavo Moncayo, padre de un militar que lleva diez años en poder de la guerrilla, dijo a los periodistas que «la acción de todos los grupos alzados en armas, ya sean de izquierdas o de derechas, produce mucho dolor, sufrimiento y angustia».
Moncayo, tras expresar su deseo de que el sufrimiento de los secuestrados termine con «una salida negociada, política y civilizada», lamentó el hecho de que un grupo paramilitar denominado «Águilas Negras» lo haya amenazado de muerte a él y a su familia, quizás -dijo- por haber ido a Venezuela a pedir apoyo para su causa.
Añadió que no tiene miedo y que si llegasen a asesinarle saldrán miles de Moncayos «porque ya hay un mensaje claro, la energía de un padre que ha luchado por la liberación de su hijo y por la paz de todos los colombianos».
Algunas de las más de 400 víctimas españolas que asisten al Congreso, cuyos familiares fueron asesinados por la organización terrorista ETA, expresaron su esperanza de que el encuentro termine con un mensaje «de unidad de todos» para poder «vivir en paz y tranquilidad».
El presidente de la fundación israelí Malki, Arnold Roth, quien perdió a una hija en un atentado suicida en Jerusalén, pidió «voz y rostro» para todas las víctimas del terrorismo.
Otro de los participantes, Guillaume Denoix de Saint Marc, que representa a las víctimas del atentado perpetrado en 1989 contra un avión francés en territorio de Níger, que dejó 170 muertos, abogó por la unión de las víctimas para negociar juntas la reparación judicial y económica de estas tragedias.

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