Protestas tibetanas

A tan sólo pocos meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Beijing, China se ha visto envuelta en una ola de disturbios y detenciones, nunca antes vista en el Tíbet en casi 20 años. Según algunos periodistas, las protestas continuarán creciendo a pesar de la fuerte represión ejercida contra la población civil.
El gobierno comunista no ha tardado en señalar al Dalai Lama como uno de los propulsores de estos alzamientos, mientras que éste ha señalado que están viviendo las consecuencias de la opresión ejercida durante años sobre los tibetanos.
El segundo jefe del Partido Comunista, Wang Ziangming, aseguró que hasta la fecha había más de mil personas apresadas por su participación en las protestas de la capital tibetana Lhasa y que, algunas de ellas, se habían entregado voluntariamente a la policía.
De acuerdo a una información difundida por el diario Comercio del Tíbet, los juicios se celebrarán antes del 1 de mayo, dijo Ziangming. Algunos periodistas extranjeros también han sido detenidos por la policía, en pleno ejercicio de su profesión, al intentar entrar a la prefectura de Aba, un área primordialmente tibetana. Sin embargo, luego fueron enviados y escoltados de regreso a la capital provincial, Chengdu.
Durante una reunión llevada a cabo en Pekín, entre el canciller chino Yang Jiechi y el secretario estadounidense del Tesoro Henry Paulson, China sugirió a Estados Unidos apoyar su postura en la crisis del Tíbet y a reconocer ¨la verdadera naturaleza¨ del Dalai Lama, según una información difundida por la agencia AFP.
Sin embargo, la comunidad mundial ha manifestado su preocupación sobre los acontecimientos ocurridos. Según informó una portavoz de la Casa Blanca, el presidente norteamericano, George W. Bush telefoneó a su homólogo Hu Jintao y lo instó a establecer un diálogo con representantes del Dalai Lama y a ¨dejar entrar a periodistas y diplomáticos¨.
Por su parte, Hu insistió en que el Dalai Lama era el ¨cabecilla¨ de la violencia y de los ¨esfuerzos para interrumpir los Juegos de Pekín¨, por lo que no dialogaría. En una declaración publicada en un sitio web de la comunidad china, Hu aseguró que ¨Cualquier Gobierno responsable, ante tales actos violentos y criminales que interrumpen el orden social y comprometen la vida, propiedad y seguridad de las personas, no se quedará sentado mirando¨.
Mientras que China aseguró que 19 personas han muerto en manos de las turbas tibetanas, el gobierno en el exilio aseguró que los fallecidos en Lhasa y otros lugares alcanzan los 140. El mandatario francés, Nicolás Sarkozy, aseguró que ¨todas las opciones¨ estaban abiertas pero que, sin embargo, llamaba a la ¨responsabilidad de los dirigentes chinos¨.

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