La ONU acusa a la Junta Militar birmana de confiscar la ayuda humanitaria
Aldeas enteras bajo el agua, viviendas sin techo o totalmente destruidas, forman el paisaje de la región más fuertemente golpeada por el ciclón. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo que los militares se apropiaron de un cargamento destinado a las víctimas del ciclón Nargis y anunció la suspensión temporal de todos sus vuelos.
Se trata, dijo el portavoz del PMA en Bangkok, Paul Risley, de 38 toneladas de alimentos y equipo de socorro.
La denuncia de la agencia de la ONU se produce el mismo día en que los medios de comunicación birmanos reprodujeron un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores del país en el que la Junta acepta la solidaridad internacional, pero no la presencia de especializado extranjero, porque -adujo- los propios birmanos pueden encargarse de la ayuda.
«No estamos preparados por el momento para recibir esta clase de misiones de información, búsqueda y rescate de otros países»,
explicó la fuente.
El propio Risley, en declaraciones realizadas a los periodistas en Bangkok, consideró asombrosa la actitud del régimen militar birmano de entregar con cuentagotas los visados de entrada que el solicitan.
«La frustración causada por lo que parece ser un retraso en los trámites no tiene precedentes en los trabajos de ayuda humanitaria modernos», afirmó Risley, e instó a la Junta Militar a tramitar las solicitudes lo antes posible, «aunque sea trabajando durante el fin
de semana».
El jueves llegaron a la capital birmana cuatro vuelos con provisiones del PMA. Sin embargo, las autoridades no permitieron el aterrizaje de aviones estadounidenses con provisiones de emergencia, y continuaron demorando los trámites burocráticos para la concesión de visas a los equipos que desean entrar al país para cerciorarse de que la ayuda vaya directamente a las víctimas.
El balance estimado en los pueblos localizados en el delta del río Irrawaddy es de unos 80.000 muertos, según Tin Win, jefe de un distrito de Labutta. La cifra global podría ser superior a 100.000.
Por eso, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó al régimen birmano a movilizar recursos para hacer frente al desastre en vez concentrarse en el referéndum constitucional, programado para el próximo sábado 10 de mayo y que solo fue postergado en algunas de las áreas más afectadas por el ciclón.
La magnitud de los daños causados por el ciclón es aun difícil de calcular. Sin embargo, un portavoz de Naciones Unidas en Bangkok, Richard Horsey, afirmó que unos 5.000 kilómetros cuadrados de tierras siguen inundados. «Hay miles de cadáveres flotando en el agua.
Por lo menos un millón de personas necesita ayuda», aseguró, al tiempo que advertía contra el peligro de epidemias que corren los sobrevivientes.
RANGÚN
AFP-AP