La inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing estuvo inmersa en alegres desfiles, importantes Jefes de Estado y de Gobierno, cánticos e impresionantes actos que demostraron el poderío tecnológico de China con respecto al resto del mundo.
Sin embargo, este importante evento también desencadenó una multitud de protestas, no solo en esta ciudad sino también en otros países, para denunciar la falta de respeto que existe hacia los derechos humanos en ese país y en solidaridad con el pueblo tibetano. Incluso, una persona falleció al inmolarse frente a la Embajada de China, en Ankara.
Al menos 1.130 tibetanos fueron detenidos en Katmandú, cuando intentaron protestar frente a la embajada china, horas antes de que se diera inicio a la ceremonia inaugural. Asimismo, otro grupo de tibetanos también intentó penetrar en la embajada de Nueva Delhi al momento de la inauguración, pero los revoltosos fueron detenidos por las fuerzas policiales.
En Bruselas, alrededor de 300 personas se apostaron en las sedes de la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea, para manifestar a favor de los derechos humanos en el Tibet, también antes de que comenzaran los Juegos; mientras que en Paris, unas 200 personas se aglutinaron frente a la embajada china, entre fuertes medidas de seguridad, según informó la agencia EFE.
Italia tampoco se quedó atrás en el marco de estas protestas. El Partido Radical organizó una manifestación en Asís para solidarizarse con el pueblo tibetano, al tiempo que la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) también reclamó la falta de libertades en China.
La aerolínea Air China tuvo que suspender algunos vuelos en Japón después de que recibiera una amenaza de bomba, vía correo electrónico, relacionada con los Juegos Olímpicos. Luego de conocerse la amenaza, un avión que se dirigía a Chongquing tuvo que dar la vuelta en pleno vuelo para regresar a Nagoya (centro de Japón). En el mensaje se amenazaba con hacer estallar la aeronave, en caso de que la aerolínea no suspendiera los vuelos.
Retiro de Georgia
Por su parte, el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, confirmó el abandono de la delegación de Georgia, que incluso desfiló en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, en reclamo por la agresión militar de Rusia en ese país.
«Nuestros atletas en Pekín han decidido expresar su protesta, pero como todo el mundo sabe, acorde con la norma olímpica, esto está prohibido y la consecuencia es la descalificación. De todos modos, han querido de cualquier forma protestar y la decisión ha sido la de abandonar los Juegos», comentó Saakashvili en declaraciones recogidas por la web civil.ge.
El Primer Mandatario también aseguró que muchos de los 35 deportistas georgianos que estaban en Pekín, pretendían alistarse a la reserva en cuanto llegaran de la capital china.