La prevención de la violencia
Desde hace muchos años, el concepto de la inseguridad ciudadana ha dominado el debate público con temas puntuales como el de revertir las tasas delictivas, los accidentes de tránsito, la inseguridad en locales públicos, entre otros. La seguridad ciudadana es un tema de gran importancia y preocupación para los gobiernos.
¿Por qué es un tema de agenda prioritaria? La tranquilidad de los ciudadanos sería un factor primordial, pero además estos fenómenos alteran la convivencia social, es un problema ciudadano de todos los días que exige una pronta solución. Afecta también los planes de desarrollo y pone en riesgo incluso la gobernabilidad democrática de un país. La violencia y el delito no sólo tienen un alto impacto social, dependiendo de la coyuntura y del tipo del delito, sino que representa un reto a los gobiernos por sus costos, tanto para el sector público como para el privado, y sus efectos en la inversión nacional y extranjera.
Todo lo anterior repercute, sin duda, en el crecimiento y desarrollo de un país. Hay un factor que es el de la debilidad de los que llamo ¨los eslabones de la seguridad ciudadana¨, que son las principales instituciones de seguridad y justicia que combaten estos fenómenos. Por ejemplo, en varios países de la región, mas allá de la percepción ciudadana en cuanto al aumento delictivo y de violencia. Estos se vienen incrementando de forma sostenida, sobre todo el delito con violencia y ello se podría constatar con el aumento importante de reclusos que hay hoy en nuestras prisiones.
Necesitamos desarrollar instituciones sólidas, pluralistas y vigorosas que respondan de manera eficiente contra la inseguridad que hoy vivimos, ya el problema no está para más experimentos o respuestas poco adecuadas. Si queremos reducir el número y frecuencia de la violencia y los delitos, debemos realizar cambios profundos en instituciones como la policía y el poder judicial.
Mi propuesta desde el año 98 es que la visión de la seguridad ciudadana es esencialmente preventiva, con un componente de acción imprescindible de educación ciudadana. Por diversos motivos y factores se viene fraccionando peligrosamente el tejido social. Sabemos perfectamente que los fenómenos de la violencia y el delito son multicausales y se asocian a múltiples explicaciones como: políticas, psicológicas, biológicas, sociales y culturales.
Asimismo, se asocian a factores estructurales como: desigualdad social, exclusión, ausencia de valores y finalmente los llamados factores de riesgo como el consumo de alcohol y drogas, faltas de oportunidades en la juventud, falta de armas. Por ello para el control de estos fenómenos se necesitan de acciones múltiples, con respuestas diseñadas básicamente de mediano y largo plazo.
Ese es el factor por lo cual los políticos no ven con atracción este tema, ya que sentando las bases para una posible reversión de la problemática otros se llevarían las palmas. No solo se debe trabajar los efectos, también en forma paralela las causas y ese sí es un trabajo a largo plazo. Por ejemplo, al trabajar medidas de prevención, se tomarán mayores plazos para su implementación, pero son mas eficientes por cuanto atacan la raíz del problema. Una de estas medidas es el fortalecimiento de los valores familiares, cívicos y morales.
Las familias, los centros educativos y las iglesias serían los principales hilos conductores de las acciones a seguir, pero todo ello según mi visión debería ser organizado por los municipios ya que esa gestión local suponemos que conocen de manera más precisa los problemas de seguridad que afronta su comunidad. Indudablemente hay que sumar la valiosa participación de la comunidad organizada, los empresarios así como instituciones como APROSEC, que constituyen foros desde donde se plantean la problemática y ayudan a que las medidas a tomar tengan mayor sostenibilidad.
Propongo entre otras medidas que se diseñe y aplique una encuesta de preferencias declaradas que pueda medir las percepciones relativas de inseguridad experimentadas por los residentes de algunos distritos de la ciudad de Lima y el Callao. Con ello podemos medir y evaluar cómo estamos enfrentando este fenómeno. Con el uso de herramientas de esta naturaleza en la conceptualizacion, diseño y evaluación de políticas de estrategias urbanas, lograremos sin duda mejores intervenciones del espacio público. Somos conscientes de los escasos recursos que tenemos para estos temas.
Algunas causas que podrían explicar estos fenómenos son.
• Carencia o mala aplicación de una política de Estado que pueda garantizar la seguridad ciudadana.
• Falta de confianza de la población en instituciones de seguridad y justicia.
• Debilidad institucional y ausencia de coordinación para un trabajo integral y articulado.
• Carencias de sistemas de información confiable.
• Falta de voluntad política y recursos.
• Lentitud en respuestas policiales y de justicia.
Los principales problemas sociales que generan la violencia y el delito se agrupan en.
• Aumento significativo en las tasas de homicidio.
• Aumento de muertos o heridos causados por armas de fuego.
• Incremento del accionar del narcotráfico.
• Incremento de delitos como el secuestro.
• Incremento de la violencia juvenil (el pandillaje).
• Proliferación del consumo de alcohol y drogas
• Incremento de la prostitucion.
Finalmente, propongo profundizar el debate sobre la manera de abordarlo, como la problemática que hoy viven la mayoría de sistemas carcelarios de la región, son verdaderas bombas de tiempo y escuelas del delito donde hay poco control y seguridad. En la ultima década el incremento de las poblaciones penales ha sido impresionante y muy escasas las mejoras, sobre todo en las perspectivas de rehabilitación o reinsersión postpenitenciaria.
Esa es la principal causa para que los que salgan de ellas al poco tiempo vuelvan a delinquir, la verdad que en nuestras prisiones se reciclan los delitos. Sin duda el bajo conocimiento de este fenómeno por la mayoría de los políticos, es un escollo importante a superar.
César Ortiz Anderson
Colaborador de Segured