La violencia: un problema estructural (7 al 13 de septiembre de 2009)

La violencia: un problema estructural
La violencia históricamente se ha relacionado a condiciones sociales particulares. Caeríamos en un grave error si limitáramos su explicación a factores biológicos, o simplemente a características psicológicas determinadas. Creemos más allá de tecnicismos científicos, que la verdadera razón de la violencia está en la combinación de factores negativos entre el individuo y la sociedad, pudiendo citar entre las más visibles y comunes:
– El abuso en el consumo del alcohol y las drogas.
– La permisiva y excesiva tolerancia frente a la posesión de armas de fuego.
– La propagación indiscriminada de imágenes violentas o delictivas por parte de los medios de comunicación masivos.
Sin embargo, existen otras causas, mucho más profundas y complicadas que las anteriores que constituyen la principal raíz del problema:
1.-Las condiciones de hacinamiento, la desnutrición, el desempleo, la inseguridad personal, y el creciente deterioro de la familia.
2.-La pérdida de valores morales, la inoperancia de las instituciones y su consecuente falta de credibilidad.
3.-Las frustraciones derivadas de la lucha por la supervivencia en situaciones de iniquidad y marginalidad.
4.-La visible ausencia del Estado y del Gobierno en la coordinación apropiada de los órganos de administración de justicia y seguridad, lo que genera actos de violencia que legitiman la fuerza como medio para resolver frustraciones, desavenencias y conflictos.
Dentro de este mismo contexto podemos añadir una derivación de violencia que surge precisamente en la desarticulación y deficiencia institucional. Esta violencia institucional se expresa en el abuso de autoridad, ineficacia o violación del marco jurídico por parte de los órganos del gobierno o de los propios representantes e instituciones del Estado; que se manifiesta en dos vertientes a saber:
A) La injusticia que se comete por ineptitud o falla del funcionario público contra las cuales el ordenamiento jurídico prevé mecanismos de enmienda, pero la mayoría de las veces se incumplen.
B) La norma jurídica que promueva, conserve o incremente una situación de injusticia social, con lo cual aumenta el resentimiento y rechazo hacia las instituciones y hacia el mismo Gobierno, generando protestas callejeras violentas, huelgas, o intentos de tomar la justicia por propia mano, situaciones tan cotidianas en la actualidad.
Pasos para romper el círculo:
El primer gran paso para disminuir o detener la violencia es identificar los elementos o factores que alteran nuestro estado de ánimo y así facilitar su control.
Contribuya a humanizar al mundo, cuente hasta diez, pues una actitud agresiva no resolverá el problema, por el contrario la empeorará. Cultive la espiritualidad, razone primero y reaccione después, cumpla con las más elementales normas de cortesía, propóngase ser comprensivo, practique la tolerancia, promueva el optimismo y la esperanza. Evite al pesimista y aléjese de los “pavosos”.
Trate de superarse como persona, enriqueciendo buenos hábitos en su conducta ciudadana, y que otros puedan seguir su buen ejemplo.
Los maestros o docentes, así como los alumnos en las escuelas, liceos o universidades deberán estimular el respeto y la solidaridad colectiva, así como advertir lo perjudicial que es la violencia y sus consecuencias.
Escrito por: José Ignacio Acevedo L.
Extraído del portal www.analitica.com

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