Quiero empezar este artículo, recomendándoles la lectura del libro «El país de las mentiras», escrito por la investigadora mexicana Sara Sefchovich. En Internet podrán encontrar algunas referencias de este libro. Al terminarlo de leer, sentí que Sara me relataba muchas situaciones que ocurren en el Perú, y estoy convencido de que en la mayoría de los países de la región, cuando ella describe a los políticos y funcionarios públicos, describe una realidad indignante pero real de lo que ocurre en Latinoamérica.
Por ejemplo, en el caso de la seguridad ciudadana, la preocupación va más por el discurso, ya que en la práctica lo que hay es una inadecuada política pública acompañada por muy bajos presupuestos. No se quiere entrar en profundas reformas en el sector policial y de justicia, y sin ello poco o nada se podrá lograr para reducir las tasas delictivas y de violencia que vivimos
Definitivamente un problema como el de la inseguridad ciudadana, que hoy inquieta y atemoriza a la sociedad en su conjunto, tiene que ir mas allá de la retórica, entendiendo la retórica como la disciplina o el arte del bien decir, de dar al lenguaje hablado o escrito la capacidad de conmover, persuadir o deleitar. En temas como la seguridad de todos los ciudadanos, los actos y hechos son los que hablan, las cifras son cada vez más contundentes, el delito violento se está incrementando en el país.
En nuestros políticos, como todos sabemos el prometer y no cumplir es algo común. El mentir, decir verdades a medias, ocultar los hechos, tergiversar situaciones, además de practicar el llamado «otorongismo”, por lo de otorongo no come otorongo, el proteger a su colega solo lleva a abrir la puerta a la impunidad y ello tambien se da en importantes instituciones como la policía o el Poder Judicial.
Los ciudadanos nos enteramos por los diversos medios de comunicación, siendo los voceros políticos, funcionarios, empresarios o comunicadores que son los que tienen la voz en el acontecer cotidiano, en referencia a los temas que nos atañen como sociedad. Por ejemplo, en lo que respecta a la seguridad ciudadana, los medios de comunicación dan cuenta de diversos delitos o accidentes en forma diaria, en el caso de la televisión y radio durante los primeros quince minutos y en la prensa escrita llenan las paginas policiales y en ocasiones los titulares.
Finalmente, con este artículo solo pretendo invitarlos a leer un libro, que estoy seguro los llevará a una profunda reflexión del por qué nuestras sociedades no avanzan lo que deberían y lo importante que es nuestro voto al momento de elegir a nuestras autoridades.