La vida del director del penal de Castro Castro Manuel Vásquez Coronado, ya tenia precio, un importante diario de circulación nacional informo hace dos semanas, sobre un posible plan para atentar contra la vida de Vásquez Coronado. ¿Por qué no se tomaron las medidas que el caso ameritaba? Es que guerra avisada sigue matando gente o la vida no tiene ningún valor en el país. Ya son tres años que bajo la modalidad del sicariato se viene asesinando a personas en varios puntos del país, precisamente bajo esa modalidad fue asesinado a sangre fría cuando salía de su casa. No suena lógico que el director de un penal de máxima seguridad, a pesar de estar amenazado no contaba con ningún tipo de protección, cuatro balas en el rostro acabaron con su vida, hoy se barajan varias hipótesis, en mi opinión el querer hacer cumplir el reglamento, fue lo que le costo la vida, a Vásquez Coronado, demostrando además que los delincuentes avezados tienen poder tras los barrotes.
La poca institucionalidad así como la intromisión política hace que el INPE sea débil, en este tema se deben poner las cartas sobre la mesa y empezar a construir una política penitenciaria a corto, mediano y largo plazo, un penal como el de Piedras Gordas esta por los 10 millones de dólares y solo en Lima necesitamos 3 de esas características.
Se debe tomar la decisión de declarar en crisis el sistema penitenciario por varios factores, el primero es que con el actual hacinamiento que hay en la mayoría de ellos, no se está cumpliendo con uno de los objetivos principales que es la reinserción del interno a la sociedad y por el contrario al salir la reincidencia delictiva es alta, ya que las prisiones se convierten en la gran escuela del delito. Falta personal del INPE en relación con la cantidad de internos, pero además un personal que este debidamente capacitado y entrenado, tener mecanismos de supervisión y control dentro de las prisiones. No se cuenta con sistemas y equipos de seguridad preventiva, en cantidad y operatividad como bloqueadores de celulares, cámaras de videos, sensores, equipos de rayos x, por todo ello hoy no se están dando las condiciones de seguridad adecuada en los penales.
Los trabajadores del INPE deberían tener sueldos muchos mas acorde con la realidad de su función y riesgo, todo esos factores hacen que desde dentro de ellos se planeen y ejecuten con facilidad delitos. Es cierto que en los últimos años el Estado no ha sido capaz de resolver un problema que lo tienen la mayoría de países de la Región, por ser un problema que se maneja a mediano y largo plazo, algunos políticos no ven la necesidad de abordarlo, lo cual es un error ya que las prisiones son parte importante de los eslabones de la seguridad ciudadana. No olvidemos que muchos que hoy están en ellas más temprano que tarde saldrán
libres, ya se debe tener una «política de construcción carcelaria». El delito ha crecido a una velocidad impresionante más no así nuestro sistema penitenciario, por otro lado hay que ser claro en señalar que también hay abusos de parte de algunos malos funcionarios en las prisiones, donde todo tiene un precio, los internos se quejan de muchos abusos, de extorsiones y eso se tiene que desterrar.
Finalmente lo importante es ya trabajar las causas que originan los delitos, no se trata de llenar las pocas cárceles que actualmente tenemos de jóvenes que son las que mayoritariamente los albergan y que en esas condiciones saldrán con una mayor vocación delictiva.