Cuando la realidad supera la ficción en materia de corrupción
Quiero empezar mi articulo compartiendo plenamente las palabras dichas por el Presidente de la República Alan García, que si bien le preocupa las interceptaciones telefónicas que son un delito que vulnera la privacidad de los ciudadanos, admitió que esta práctica ilegal en algunas ocasiones ha servido para revelar y destapar actos de corrupción en el aparato Estatal, como el llamado caso «Petrogate».
Curioso en todo caso ya que hoy el diario la República revela la interceptación telefónica que también sufrió el despacho presidencial supuestamente en el mes de junio de este año, la secretaria del presidente García confirmó la veracidad de estas llamadas. En este punto solo quiero señalar que interceptar llamadas en el Palacio de Gobierno pone en riesgo la seguridad nacional.
Hy un importante núero de empresarios, políticos y periodistas viven entre la incertidumbre y el miedo en cuanto a sus comunicaciones, incluso una empresa privada dedicada a la contrainteligencia realizando barridos electrónicos hoy sacó en diversos medios de comunicación que también ellos fueron victimas al ser intervenidas sus comunicaciones, algo así como ir por lana y salir trasquilado.
Pero yendo al problema de fondo, ¿hasta dónde han penetrado en las intervenciones a las comunicaciones? Lo único cierto es que a cuenta gotas van apareciendo nuevos nombres así como situaciones por lo menos sospechosas. La batalla contra la corrupción es una obligación jurídica y moral, los más importantes estudios señalan que por culpa de la corrupción se pierde en el mundo entre el 1% y 15% del P.B.I, por ello es importante saber diferenciar entre la falta de voluntad política en la lucha contra la corrupción o que simplemente las estrategias y diseños así como los funcionarios que están a cargo de combatirla no son los adecuados.
Frente a lo que hoy estamos viviendo en materia no solo de corrupción, además de la evidente fragilidad en nuestras comunicaciones solo queda mano firme, voluntad política y un trabajo articulado entre las instituciones que están comprometidas en la lucha contra la corrupción y la seguridad de los ciudadanos.
Si bien es cierto que no hubo mucha sorpresa en el caso de los audios y email, lo que sí causó fue perplejidad de cómo se desenvolvían las conversaciones y negociaciones con una total impunidad. No hay duda que se seguirán destapando actuaciones por lo menos irregulares de funcionarios públicos. Advierto que esos casos por su complejidad son muy difíciles para resolver ya que hay que desenmarañar una complicada madeja.
Además, como es obvio los implicados intentan esconder el problema así como eludir sus responsabilidades. Lo importante por ello será el aportar y cruzar información que se tiene al respecto. Lamentablemente la corrupción existe en todas partes, en lo público y en lo privado, por algunos soles y por muchos millones, en países ricos y pobres, tampoco se trata de rasgarnos las vestiduras, no creo que sea tan fácil tirar la primera piedra.
Lo cierto es que ya debemos realizar todos los esfuerzos posibles para empezar sentar las bases y revertir esta vergonzosa situación que incluye un abanico de actos delictivos como el soborno, la extorsión, el tráfico de influencias, el nepotismo, el fraude, el desfalco y muchos otros.
La corrupción es un delito de cálculo. Por ejemplo, cuando la suma de dinero es considerable y el castigo es pequeño, serán muchos los funcionarios que sucumbirán. Por ello mientras que a los funcionarios corruptos no se les impongan sanciones ejemplarizadoras, se recuperen los activos y se reparen los derechos vulnerados, todo seguirá siendo más de lo mismo para la foto de coyuntura y punto.
Por ello propongo las siguientes acciones:
• Concientización y difusión del fenómeno de corrupción
• Es importante que cada institución que lucha contra la corrupción tenga completa independencia asi como los recursos necesarios
• Que exista una total transparencia en todos los ingresos y egresos que reciben los distintos niveles de gobierno
• Mecanismos eficientes de control y cruce de información, en un trabajo articulado entre las instituciones anti-corrupción
• Una amplia ley de acceso a la información pública
• nvestigación y sanciones ejemplares de los hechos de corrupción
• ombate permanente a la prebenda y al clientelismo
• n adelante las sanciones a la corrupción debe ser tanto al que recibe como al que da deben ser incrementadas
• Mejorar la rendición de cuentas de todas las instituciones publicas
• La lucha contra la corrupción debería ser una tarea cotidiana en la agenda de cualquier gobierno
• Organizar líneas telefónicas directas y gratuitas para que la ciudadanía denuncia actividades de corrupción
Finalmente, si queremos un crecimiento con equidad, que no se sigan dañando las fibras sociales de la población, será vital la lucha frontal contra la corrupción caiga quien caiga. Solo así podrá reducirse, aún en donde pareciera ser endémica.