Los centros comerciales representan un reto para los servicios privados de seguridad. Inicialmente, estos lugares eran vistos como algo ajeno al dominio público, donde las instituciones del Estado no tenían presencia. Pero actualmente hay una tendencia a denominarlos lugares semi públicos, pues la enorme cantidad de personas que pasan por sus instalaciones hace que los entes oficiales no puedan permanecer del todo ajenos a ellos.
No obstante, por regla general, las policías preventivas no incluyen dentro de sus jurisdicciones al interior de los centros comerciales, sino que permanecen en las vías perimetrales, y entran cuando son llamados por la gerencia de Seguridad, si se plantea una situación que no sea controlable por sus empleados o si es necesario efectuar una actividad coordinada.
El centro comercial más grande de Caracas, por el número de tiendas que alberga, es el Sambil. Fue inaugurado en 1997. Fue construido en la zona industrial de un municipio del noreste de la ciudad venezolana. En sus costados norte y sur colinda con importantes corredores viales, por lo que cualquier actividad fuera de lo común en las afueras de la edificación tendrá una consecuencia inmediata en términos de congestionamiento para todo un sector de la urbe.
Este centro de compras y servicios fue diseñado para 450 locales. Está concebido como una especie de fortaleza moderna. Para llegar a sus tiendas o centros de servicios el visitante debe trasponer una entrada general, que abre y cierra según horarios preestablecidos. Adentro hay 10 agencias bancarias, dos complejos de cines, uno de locales nocturnos y otro de comida rápida. Las grandes franquicias internacionales tienen sucursales en los cinco niveles de esta edificación. Hay, además, cuatro pisos de estacionamiento subterráneo, capaces de albergar hasta 4000 vehículos.