Todas las semanas, son atendidos en promedio cuarenta eventos. Algunos requieren del concurso de las autoridades, emplazadas en el exterior. Esta decisión es tomada en el Centro de Monitoreo Público donde se hace una evaluación en tiempo real de cada evento y se determina si amerita la presencia de la policía, los bomberos o personal paramédico. Este centro es el cerebro de todo el sistema de seguridad. Opera las 24 horas del día en un local ubicado en el propio centro comercial. Entre sus funciones está la coordinación de los equipos de orden público y de reacción que operan en estas instalaciones, la evaluación de los eventos y la comunicación con las autoridades en el exterior.
El centro de monitoreo funciona de forma autónoma, pero emite reportes de actividad a la central de una empresa que opera en un edificio de la zona industrial de La Urbina, ubicada aproximadamente a diez kilómetros de distancia del centro comercial, en el extremo Este de Caracas.
Este local tiene capacidad para que seis operadores trabajen en forma simultánea. Pero actualmente sólo actúan dos por cada turno. Tiene además un supervisor cuya misión primordial es verificar que los operadores cumplan con los protocolos de actuación. En un día de actividad normal, cada operador está procesando las imágenes que son captadas en forma automática a través de las cien cámaras de video instaladas en los techos de todos los pasillos. Las tomas llegan a las pantallas colocadas en las consolas, y si el operador percibe alguna actividad fuera de lo común puede “llamar” a la cámara, esto es, asumir su control para enfocar directamente en el punto de su interés.
De esta forma, por ejemplo, se puede verificar si un sujeto que está haciendo la cola frente al cajero automático solamente espera, o si por el contrario está tomando datos del usuario ubicado adelante de él, para luego cometer un fraude. Una situación como ésta ha sido detectada a tiempo con frecuencia, lo que ha permitido a los equipos de reacción detener al sospechoso y ponerlo a las órdenes de la policía municipal.
Desde el Centro de Monitoreo Público también son programadas las cámaras para que vigilen en forma automática la apertura de los locales, y la actividad en los pasadizos externos del costado sur, destinado para la carga y descarga de las mercancías de todas las tiendas.
Cada toma permanece en la pantalla dividida del operador durante cinco segundos. Luego es almacenada en una memoria digital, lo que permite recuperar las imágenes meses después, ya sea con propósitos de supervisar el comportamiento de los equipos de vigilancia o como herramienta para casos de investigación criminal. Un “evento” puede ser captado en forma automática por las cámaras de vigilancia. Pero generalmente se plantea por la notificación de algún usuario, encargado de tienda o por los vigilantes. De inmediato, las cámaras más cercanas se orientan al sitio del evento y son enfocadas para obtener el registro más nítido de lo que ocurre.