En una madrugada de agosto de 2007, los funcionarios de la Policía del Estado Aragua por fin pudieron saber quién se robaba los cables del tendido eléctrico para uso doméstico en el centro de Maracay, la capital de ese estado Venezolano, ubicada a 100 kilómetros al este de Caracas.
El hurto del tendido eléctrico venía ocasionando apagones cada vez más frecuentes en el casco de la ciudad. Hasta ese momento no se había podido identificar a las personas que cometían este delito, pues los cables eran sustraídos generalmente de madrugada, cuando la presencia policial es escasa en la zona.
El hombre, sin embargo, no sabía que frente a él habían colocado una de las cámaras que componen el sistema de televigilancia, adquirido por el gobierno regional. Cuando los agentes de guardia en el Centro de Monitoreo Público, ubicado en la sede del Instituto de Policía del Estado Aragua, se percataron de la inusual actividad a esa hora de la madrugada, inmediatamente enfocaron la cámara hacia la esquina opuesta. Así, se pudo captar con claridad lo que hacía.
Cuando los agentes entendieron que estaban ante un hurto de cables en progreso, solicitaron la intervención de los patrulleros. El sistema nunca dejó de captar las imágenes del hombre, incluido el momento en el que los funcionarios uniformados lo detuvieron y se lo llevaron a la central policial.