La central de la Línea Unica de Emergencia de Medellín recibió la notificación de un extraño accidente. Un vecino de Bolombolo, Jaime Gutiérrez, notificó a través del número único 123 que su concuñado había caído por un barranco de cien metros de profundidad, y necesitaba ayuda urgente. La vida del hombre dependía de la rapidez con la que lo sacaran del lugar donde colgaba.
“En ese número me atendió un patrullero, quien indagó e indagó hasta ubicar bien el sitio del percance, luego contactó a la Policía de Carreteras y me seguía teniendo en la línea mientras le ubicaba bien el sitio a los agentes. Después me dijo que colgara y que llamara en 10 minutos para verificar si había llegado la ayuda”, dijo.
Luego de ese lapso, Gutiérrez volvió a llamar y constató que la ayuda había llegado al lugar donde pendía su concuñado junto a otras personas que iban con él en el mismo vehículo. Uno de los ocupantes no pudo ser salvado, pero todos los demás fueron rescatados con vida. Según Gutiérrez, la coordinación efectuada a través del Centro de Monitoreo Público que le recibió la llamada marcó la diferencia entre la vida y la muerte de su concuñado y las personas que iban con él.