El presupuesto de gastos de ESU para el año 2006 fue de 27,4 millones de dólares. En ellos la mayor parte se fue en inversiones (21,7 millones de dólares) y operaciones comerciales (6,32 millones de dólares). Los gastos de funcionamiento ocuparon la porción más pequeña (1,11 millones de dólares). Mientras tanto, el balance final era de una disponibilidad de 2,5 millones de dólares.
Este saldo positivo no deriva precisamente de las operaciones del servicio 123 sino de las contrataciones de consultoría a empresas privadas; la estructuración de sistemas de radiocomunicaciones para instituciones (simultáneo al servicio que se brinda con propósitos de apoyo vial y apoyo ciudadano); el Sistema de Apagado Automático Vehicular (Sisav), que se activa mediante una llamada a la central única de emergencia y sirve tanto para automóviles como para motos y vehículos de carga, y la instalación de sistemas de control de acceso, ya sea mediante aplicaciones de biometría u otro adelanto tecnológico que se adapte a las necesidades del cliente.
En estos casos, ESU opera como una empresa más. Sólo que el cliente tiene la certeza de que los servicios contratados cuentan con el respaldo de la administración municipal. Esto le da una ventaja comparativa con respecto a otras empresas, que se ven obligadas a montar su propia plataforma de respaldo.
Otra fuente de ingresos para ESU está en el aprovechamiento comercial del sistema de soporte logístico montado para la propia empresa. Esto se logra al ofrecer los talleres para la reparación de las flotas de vehículos (motos o automóviles) de otras instituciones del Estado, e igualmente un sistema de venta de combustible para vehículos oficiales que genera un registro electrónico y permite conocer el consumo de cada unidad. Esto facilita el trabajo de control posterior.
La gestión como empresa privada no le impide a ESU desarrollar un servicio social. Además de la central única de emergencia, la empresa municipal adelanta varios programas que han contribuido en la disminución de los índices de violencia armada de la ciudad de Medellín, conocida en los años ochentas como la más violenta de Latinoamérica.