Forma racional para impulsar una conciencia colectiva

 

Sin legalidad no hay seguridad, sin ciudadanía no hay legalidad sostenible. “Este es el núcleo de la seguridad ciudadana. Bogotá pudo cambiar porque se cambió la cultura de los ciudadanos”, afirmó Mockus.

El verdadero enfoque que debería tener un programa de cultura ciudadana debería cumplir con cuatro objetivos fundamentales:

•     Lograr que se cumplan las normas de convivencia.

•     Impulsar la captación de ciudadanos que ayuden a otros a cumplir dichas normas.

•     Resolver los conflictos mediante métodos alternativos.

•     Promover la comunicación entre los ciudadanos a través del arte, la cultura, el deporte y la recreación.

Mockus afirma en el libro “Convivencia y seguridad ciudadana”, que la “finalidad última de la cultura ciudadana es  lograr  reglas mínimas  compartidas  que  permitan  la convivencia en medio del pluralismo y el anonimato característicos de la vida de la gran ciudad lo que había que buscar específicamente era reducir la aprobación moral y cultural de acciones contrarias a la ley y aumentar la aprobación moral y cultural de las acciones ordenadas por la ley”.

No es tarea fácil transformar, a corto plazo, la cultura de los ciudadanos. Al decidir adoptar y generar acciones con un nuevo enfoque de comportamiento, éste debe estudiarse desde un primer momento (antes de llevar a cabo el cambio), y posteriormente  para así evaluar los resultados. Según Mockus, la cultura ciudadana invita a cultivar, construir, cuidar y fortalecer lo que ya hay de ciudadanía en cada uno y en nuestras relaciones, al tiempo que da sentido y fuerza reguladora a las normas compartidas.

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