Al existir una buena relación entre el sector público y el privado de la seguridad, pueden llevarse a cabo iniciativas vinculadas con la construcción de convivencia, educación ciudadana, regulación de conductas y pactos de paz, entre otras. Este enlace público-privado debe estar centrado en:
Formulación de pactos o acuerdos: Desarrollar y llevar a cabo convenios, tratos o alianzas entre las partes con el fin de llegar a un acuerdo.
Criterios de inclusión o exclusión: Requisitos estratégicos para rechazar o hacer partícipe a una o varias personas acerca de un asunto particular.
Luchas de poder: Se producen cuando alguien cree que ha perdido la autoridad y, por ende, desea recuperar el control.
Negociación: Proceso mediante el cual las partes interesadas resuelven conflictos, llegan a ciertos acuerdos favoreciendo intereses mutuos.
Si la policía no es capaz de cumplir con su función primordial, ya sea por alguna debilidad intrínseca o porque se ve rebasada por los problemas sociales, las diversas manifestaciones de la violencia le ganarán los espacios y el Estado se hará ingobernable. Instituciones como el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud se han percatado de ello, y desde hace una década financian investigaciones de alcance global sobre el tema de la gobernabilidad, definida como “las tradiciones e instituciones a través de las cuales es ejercida la autoridad en un país”.
Esto abarca desde los mecanismos de elección y vigilancia de las autoridades hasta la capacidad de los gobiernos para llevar a la práctica sus políticas. Entre ambas categorías aparece también “el respeto de los ciudadanos y del Estado por las instituciones que gobiernan las interacciones económicas y sociales”.