Políticas públicas en seguridad

El ex alcalde del Municipio  Chacao en Caracas, Venezuela, Leopoldo López, asegura que “sin políticas públicas, no se puede resolver el problema de la inseguridad” y que el ser humano debe ser el eje fundamental de esta vertiente. Para que sea aplicable, toda política pública debe ser un acto del poder. En otras palabras, debe salir de un ámbito donde se toman las decisiones y proyectarse en el colectivo que será afectado o involucrado por su aplicación. Esto ocurre en las áreas de la economía, las  relaciones internacionales, y también  en la seguridad ciudadana.

Para Aniyar, la prevención es lo más importante, ya que se basa en la “búsqueda de una cultura de paz, convivencia, solidaridad e interacción, en lugar de la exclusión y el castigo”. En este sentido, asegura, los organismos de prevención deben tener comunicación permanente con las comunidades, con el fin de explicarles cuáles son los planes y estrategias contra la violencia; advertirles que los resultados no serán siempre inmediatos, aunque algunos se verán a corto plazo; para crear conciencia de que deben insistir en la continuidad de los planes; y para convencer a las personas de esa comunidad de que pueden y deben colaborar con esos planes.

“Se evitará politizar estas comunicaciones y actividades, pues contribuirá a fragmentar la energía social, a desviarse de los objetivos y a impedir resultados satisfactorios”, señala la ex gobernadora. Según esta política de seguridad, las comunidades deben estar diferenciadas en áreas lo más pequeñas posible, para así facilitar los contactos con los promotores de prevención.

“No se trata de crear ciudades amuralladas, sino de espacios controlables (no  mayores  de  200 mil  personas),  separados entre  sí por  signos visibles, preferiblemente por zonas verdes y de recreación, que cuenten con estrategias diferenciadas en virtud de las características de la localidad”, sostiene Aniyar. A  estos “espacios controlables” deben asignarles sus propios  promotores  de prevención, quienes promoverán:

•     Recreación

•     Cultura

•     Deporte

•     Música al aire libre

•     Teatro (marionetas, cuenta-cuentos)

•     Preocupación por el ambiente

•     Protección de las instalaciones públicas (plazas, escuelas, etc.)

•     Utilizando la estrategia de prevención participativa, la comunidad será motivada y ayudada para organizarse en términos de prevención:

•     Vigilancia del vecindario (Neighborhood Watch)

•     Protección de espacios públicos (Defensive Space)

•     Comités vecinales de seguridad

Según Aniyar, la participación de la sociedad civil, la cooperación y las asociaciones representan elementos importantes para prevenir el delito, en sus diferentes directrices. Asegura que esta participación es importante para:

•     Promover espacios de reflexión e intercambio de experiencias.

•     Generar proyectos de prevención comunitaria de la violencia.

•     Aprender a elaborar un mapa vecinal de la prevención del delito.

•     Construir esquemas conceptuales de seguridad.

Las políticas públicas deben orientarse a tratar asuntos que afectan a la sociedad. La delincuencia es uno  de estos temas, pues constituye un  efecto disruptor  de la sociedad misma. Controlar a la delincuencia, por lo tanto, es procurar la preservación de la vida en común. No en balde, al delincuente se le llama antisocial.

Pero una cosa es aplicar una política pública, y otra tener éxito en la faena. Para ello, aconsejó Thomas Dye, hay que conjugar dos ingredientes: arte y laboriosidad. Arte, porque es necesario ser imaginativo y creativo para detectar la verdadera naturaleza de un problema y atacarlo mediante formas de acción originales, debidamente diseñadas. El punto  de laboriosidad viene dado por los conocimientos adquiridos mediante el estudio sistemático de las materias necesarias, precisamente, para generar soluciones con arte.

Las políticas públicas pueden surgir de un consenso entre quienes las diseñan y las personas que serán afectadas. Pero ello no siempre es así. Tampoco es necesario. Pero en el segundo caso, si se desea tener éxito debe haber un proceso de información previo a la aplicación, de manera que la gente entienda en los términos más sencillos qué cosas deberá hacer y de cuáles deberá abstenerse.

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