Es vital para el éxito de una negociación de rehenes, que el comando de la negociación encargado de tomar las decisiones, mantenga el control permanente de la situación. Es esencial en caso de cualquier falla recuperar la iniciativa y mantener el control hasta el final de la situación. Es fundamental el control absoluto sobre el escenario físico, las comunicaciones y todos los elementos físicos de la situación.
Las comunicaciones entre quien toma las decisiones, y el que comanda los aspectos tácticos (fuerza) deben ser frecuentes, sin restricciones, de modo que todo se desarrolle en perfecta coordinación durante el tiempo que se requiera. No obstante, para no poner en compromisos al negociador, los detalles tácticos relativos a las fuerzas de rescate no le deben ser informados.
Durante incidentes de este tipo, muchas cosas pueden entrar en las negociaciones. Entre ellas comida, bebida, transporte y acceso a los medios de comunicación social. Del mismo modo ocurre con las necesidades básicas humanas (higiene, aire acondicionado, calefacción, medicinas). Por otra parte no deben negociarse bebidas alcohólicas, armas, drogas ni el intercambio de rehenes. Las razones:
a.- Bebidas alcohólicas: su efecto es a veces tan impredecible en estas circunstancias como en un ambiente social. Ya la situación ofrece suficientes peligros sin este ingrediente que puede alterar más la actitud de un secuestrador, o hacer cometer una gran tontería a un rehén.
b.- Armas: lo más probable es que los terroristas tengan suficientes armas con las que han mantenido el control de sus rehenes y hasta para hacer correr riesgos a las fuerzas de rescate. Aumentarles ese potencial empeorará la situación.
c.- Drogas: como con el alcohol, sus efectos son impredecibles. Muchos de los secuestradores son de por sí inestables. ¿Qué objeto tendría llevarlos hasta extremos peligrosos? En muchos casos de secuestros de aviones, trenes y barcos, los terroristas consumen drogas para mantenerse despiertos o por alguna otra razón.
En este asunto no hay realmente una opinión unánime entre los especialistas. Algunos de ellos opinan que hay oportunidades en las que pueden convenir. Por ejemplo cuando se quiere desordenar un proceso biológico. Se ha hablado de intercambio de drogas por rehenes. En estos casos se ha tomado en cuenta el peligroso efecto del adicto sin la droga a la disposición.
d.- Intercambio de rehenes: pese a lo que muestran las películas, esta es una solución inadecuada. Hay dos razones para que no sea recomendable. La primera, los nuevos rehenes serán tomados como de mayor importancia que los canjeados; y la segunda es que el intercambio elevará el nivel emocional de todos los involucrados. Siendo uno de los intereses de toda negociación el mantener un ambiente de calma, basado en el tiempo y la comunicación, este cambio resulta muy pocas veces recomendable.
La mayoría de los incidentes de atrincheramiento con rehenes se resuelven con la negociación. Parte del proceso incluye siempre esfuerzos por llevarla hasta el mayor tiempo posible, pese al ambiente de tensión en que se desarrollan los acontecimientos. El negociador efectivo debe estructurar su diálogo de manera de mantener el máximo control de la situación.