El Sebin en manos de Arreaza causa intriga

La encargaduría del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en manos del recién nombrado vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, parece haberse convertido en un desafío interesante.
Para la presidente de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, resulta oportuno preguntarse qué significado y alcance tiene que el también ministro de Ciencia y Tecnología asuma las riendas del organismo de inteligencia y contrainteligencia que reciente e inesperadamente acaba de cambiar de dependencia.
En opinión de la abogada, Arreaza no tiene ascendente sobre el sistema nacional de inteligencia venezolano, que tiene autonomías, tampoco posible conocimiento sobre el funcionamiento de la inteligencia política. «Después del discurso del general Miguel Rodriguez Torres (director del Sebin) en el Museo Histórico Militar (asegurando que Chávez dio la vida por el pueblo) dudo que esté en el ánimo de un personaje y de la estructura del Ejército depender de Arreaza», acota.
ADECUARON EL ESCENARIO Desde que fue establecido formalmente el 2 de junio de 2010, el Sebin estuvo adscrito al Ministerio de Interior y Justicia. Fue en el mes de diciembre, tras el viaje de Hugo Chávez a Cuba, cuando pasa a orden de la Vicepresidencia de la República. «Se buscaba de alguna manera un control sobre lo que es una caja administrativa que es clave y que ha sido clave para el Estado. Hay que aclarar que la dirección la llevaba directamente Chávez, y cuando él falta inmediatamente tratan de anclarla a Maduro que es el hombre en el que confiaba», señala San Miguel.
Con el cambio de mando, ahora estará en manos de Arreaza ejecutar la reforma que ordenó Chávez en 2009, cuando lo que existía era la Disip. La extensión del plazo para tal transformación por una década, según San Miguel, se ha vuelto una modalidad muy cómoda «que les ha permitido usar recursos infinitos, mover a la gente y estar en pico de zamuro a conveniencia del Ejecutivo nacional».
A juicio de San Miguel lo primero que debe lograrse es que el Sebin sea auditado por el Estado, pues en estos 14 años el organismo «ha hecho lo que la da la gana sin rendirle cuenta a nadie. Es un poder dentro del poder del Estado y eso es inadmisible en la sociedad democrática». Asegura que el Sebin debe estar regulado por una ley que normalice los servicios nacionales de inteligencia, y que además ponga orden a las diferentes direcciones que están funcionando atomizadamente. «Ellos manejan información clasificada, en algunos casos espionajes sobre personas y esto tiene que ser regulado», agrega.

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