Un secuestrador necesita a alguien que pueda pagar. Generalmente se fija en el personal de las compañías multinacionales con un alto poder de decisión. Adicionalmente, ejecutivos, agroindustriales y ganaderos también pueden ser los blancos. Los resultados de los eventos indican que fueron secuestrados quienes tenían capacidad para pagar.
Los secuestradores consideran varios elementos para escoger a su víctima. En principio, es muy importante la percepción que tienen de la riqueza de la persona o del grupo escogido. Muchas personas anuncian o hacen ostentación de su riqueza, lo cual no es conveniente. Esa información es lo que buscan los secuestradores. Es un punto muy importante en la planificación del secuestro pues, como fue señalado, buscan a una víctima que pueda pagar sus exigencias.
Si la víctima se desenvuelve en actividades de política, su caso de secuestro aparecerá en los medios de comunicación. En Suramérica, tanto la política como un alto nivel de vida implican altos riesgos. Por esa razón, muchas personalidades tienen protección. Para un secuestrador, un político es un buen blanco.
A través de las notas sociales, los reportajes y las noticias en periódicos y revistas, el secuestrador encuentra información para seleccionar a la víctima. Por esta razón, la familia y los accionistas de las grandes compañías no deben estar en contacto con la prensa, es decir deben mantener un bajo perfil. Si tienen algo que discutir con la prensa, es preferible utilizar un portavoz. Tampoco es recomendable que lo haga un miembro de la familia.
Los secuestradores seleccionan a una persona conocida por su vida social, política o empresarial. En la identificación, es poco frecuente que la víctima no sea conocida. A diferencia, en la modalidad del secuestro express, la víctima no es necesariamente conocida.
El reconocimiento de la víctima permite investigar el estilo de vida, rutas, lugar de residencia, sitio de trabajo, familia, etc. El secuestrador buscará, por ejemplo, a cinco víctimas potenciales. Después hará un reconocimiento de cada una de ellas. Es una tarea que puede durar dos o tres días por cada víctima potencial, ya que se les hace un seguimiento, se investiga sus cuentas bancarias y se ubica en dónde viven. Además, se establecen relaciones con sus empleados, para hablar con ellos y confirmar que esa víctima puede pagar y que también es fácil de secuestrar.
Los secuestradores logran conseguir esa información a través de una red de colaboradores, informantes o de personas cercanas a las víctimas. El secuestro requiere de información previa para llevarlo a cabo. Esto significa que habrá observación, seguimientos y se realizarán preguntas sobre el objetivo potencial.
Si de la observación de la eventual víctima se desprende que practica normas de seguridad personal, entonces posiblemente el secuestrador buscará a otras personas.
En esta fase, si se presta atención a las señales, a la intuición, si el secuestrable y su equipo de seguridad cumplen las normas y están atentos y pendientes de lo que sucede a su alrededor, si existe una red de informantes que prevenga, se puede detectar que se está sometido a observación, contrarrestarlo y hacer fracasar el secuestro.