El secuestro es la mayor preocupación para los norteamericanos que viven fuera de su país. Aun el asesinato, los robos y las violaciones les preocupan menos dentro de la gama de los delitos. Y este temor no es injustificado, puesto que en al menos en un tercio de los incidentes terroristas va involucrado un secuestro, o como mínimo una toma de rehenes.
Los profesionales de la seguridad, mediante los recursos de la inteligencia pueden predecirlos y tratar de evitarlos, tomando todas las medidas preventivas a que haya lugar. Pero es importante llegar más allá, al llevar estadísticas de todos estos tipos de incidentes, de su incidencia en el tiempo, de su distribución en el espacio y de sus características, de manera que sus previsiones respondan a la forma real como el fenómeno pone en peligro la vida de los ejecutivos, reduciendo al mínimo las oportunidades en que todas estas medidas puedan fallar.