El perfil del victimario, en este caso el secuestrador, puede estar en una cantidad de roles que le permite atacar al enemigo, dañando su aparato psicológico. En los protagonistas de la evolución psicosocial de este hecho cada uno de estos personajes puede hacerlo.
La víctima trata de dañar psicológicamente al victimario que le condiciona su libertad y/o daña su dignidad a través del miedo y el poder.
El sobreviviente daña psicológicamente al victimario cuando esto forma parte de una venganza y que será más grave de acuerdo al grado de humillaciones y maltratos que haya recibido.
El victimario trata de dañar psicológicamente a la víctima para que no inicie un proceso de rebeldía y de daños psicológicos al independiente para que desista del proceso emancipador y hacerle más hostil su medio ambiente. Esta es una de las más claras situaciones en la que se busca liquidar al enemigo.
El independiente, por el logro y el éxito que busca, tiene una gran herramienta en el objetivo de generarle un daño psicológico a todos los demás protagonistas, incluso a otros independientes, para ganarles la competencia que tiene y que no es otra que por la autonomía.