Escuelas refuerzan la seguridad para no ser víctimas del hampa

El hampa común escogió nuevos destinos para hacer de las suyas: las unidades educativas. Irrumpir en las escuelas, asaltarlas mientras están en periodo vacacional e interceptar a los padres mientras dejan o buscan a sus hijos en las escuelas son las modalidades que utilizan los antisociales para cometer los delitos.
Las escuelas se ven obligadas a reforzar la seguridad, colocan cámaras de seguridad y solicitan patrullaje policial, pero esto no parece ser suficiente para poner freno a los delitos en los centros educativos.
El martes pasado al mediodía el colegio Santa Teresa, en San Bernardino, fue visitado por delincuentes por quinta vez en dos años. Tres hombres armados, que vestían chaquetas negras, entraron en las instalaciones luego de hacerse pasar por funcionarios policiales.
La directora del plantel, Genoveva Ferrer, explicó que desde el año 2011 han tenido que incrementar la seguridad: «Pusimos cámaras, reforzamos las rejas, subimos los muros; pero de nada ha servido, porque en época de vacaciones o antes de procesos electorales, se introducen en el colegio para robar. Hemos llevado las denuncias a Fiscalía, a la subdelegación del Cicpc Simón Rodríguez, y los robos siguen ocurriendo. Lo que más sentimos es la impunidad», lamentó.
Ese mismo martes en la mañana la comunidad educativa del colegio Abigail González, que está ubicada en la calle Cagigal de El Valle, se percató del hurto de numerosos bienes, por un total de 40.000 bolívares, entre ellos, un amplificador y un equipo de sonido.
Miembros de ONG como Fenasopadres y de la Cámara Venezolana de la Educación Privada coinciden en que los robos en los colegios se incrementan en vacaciones. La principal denuncia que han recogido es que cuando culmina el año escolar algunos colegios son violentados por delincuentes que hurtan equipos de computación, libros e, incluso, piezas sanitarias.
Fuera no se está seguro. Diana Sbrollini hace peripecias cada vez que busca a su hijo en el colegio San Agustín de El Marqués. En varias oportunidades ha visto cómo otros padres son asaltados por delincuentes armados mientras esperan que sus representados salgan de clases. El viernes, por ejemplo, entró en la unidad educativa antes de la hora de salida para resguardarse.
«Siempre trato de llegar temprano para no hacer la cola tan larga en el carro. Pero como quedé tan lejos, dejé mi vehículo parado y voy a entrar en el colegio a esperar a mi hijo. No me pueden llamar la atención porque el director sabe el peligro que corremos fuera. Hace unas semanas un motorizado apuntó con una pistola a una representante para robarle el reloj y nadie hizo nada», dijo.
El director del colegio San Agustín, Marino Garrido, advirtió que, aunque nunca han entrado en la escuela para robar, constantemente motorizados interceptan a los representantes en horas pico.
«Siempre recibimos quejas de los padres de nuestrosestudiantes que han sido asaltados mientras estaban en el carro o cuando veníana pie. He hablado con funcionarios de Polisucre para que estén presentes desdelas 6:00 hasta las 7:00 am y desde las 12:00 m hasta las 2:00 pm, pero supresencia es muy irregular. Esas son las horas en las que necesitamos apoyopolicial», señaló.

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