Para hacerlo realidad, se requiere de:
1.- Tecnología de servicios integrados. Es hora de comenzar a pensar en el esquema de integración como punto de unión y no como punto de enlace entre cada una de las cosas. En un esquema comparativo, a nivel matricial, se puede saber si algo funciona o no de acuerdo con sus consecuencias y resultados dentro de ese esquema. Existen puntos de control sobre eventos que pueden estar sucediendo, mediante la evaluación de otros eventos. Es uno de los puntos más importantes.
2.- Monitoreo de video.
3.- Mecanismos de persuasión y de liberación del delito.
4.- Plataforma digital para un monitoreo de las policías municipales, regionales, nacionales, etc.
5.- Un control de acción y reacción de la vigilancia privada. Se debe integrar a esos cuerpos en el proceso de monitoreo para coordinar su acción y procedimientos basados en un esquema nacional.
6.- Botones de pánico residenciales y públicos. Estos dispositivos funcionan con tecnología inalámbrica basados en radio, trunking, celular, etc.
7.- La reseña biométrica del delincuente. Mediante esta plataforma tecnológica se podría resolver algunos problemas en puertos, aeropuertos, registros, parroquias, etc., y también en organismos como la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de las Drogas (Conacuid) y la misma policía.
8.- Control de variables de manejo urbano, lo que implica la sincronización de semáforos, la fluidez del tráfico, instalación de intercomunicadores públicos de emergencia, etc.
9.- Sistema de call center. Se refiere a enlaces regionales de emergencia donde reciben las llamadas y las entrelazan con los sistemas de respuestas, tales como: atención a la tercera edad, registro de fichas médicas y oferta de servicios vía internet.