Iglesia católica y Gobierno Nacional trabajarán juntos para promover el desarme voluntario

El titular del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz (Mpprijp), mayor general Miguel Rodríguez Torres, se reunió ayer con más de 100 sacerdotes católicos de Caracas, Vargas y Miranda, a fin de establecer un plan de trabajo para impulsar el desarme de armas de fuego de manera voluntaria. En primer término las iglesias podrían realizar talleres en las comunidades para promover los valores cristianos de convivencia, hermandad y solidaridad, parte fundamental para erradicar la violencia, dijo el ministro. «Fue una reunión bastante nutrida, en un ambiente muy positivo, un ambiente constructivo, donde nosotros le planteamos a la Iglesia católica la necesidad de participar, conjuntamente, en la búsqueda de la construcción de una sociedad de paz, donde podamos sembrar amor», especificó. Durante el encuentro, realizado en la iglesia San José del Ávila, Rodríguez Torres dijo que es importante que la iglesia participe en este plan de desarme, porque los párrocos tienen una importante influencia en las comunidades donde habitan. «Buscamos el aliento, el apoyo y la acción para esforzarnos en construir comunidades donde la convivencia esté centrada en los valores cristianos», señaló. Desde el despacho de Relaciones Interiores, Justicia y Paz se comenzará a hacer el abordaje por parroquias, a fin de establecer mesas de trabajo con cada párroco. «Queremos ver los proyectos de trabajo que se llevan a cabo en materia de prevención del delito», dijo. Rodríguez Torres planteó la posibilidad de comenzar a efectuar talleres de siembra de valores, de atención familiar. «La idea es fortalecer el trabajo que hacen las iglesias en materia de prevención del delito», agregó. «También los invitamos a la participación en el desarme voluntario, donde los párrocos van a servir como canales de información entre el viceministerio del Sistema Integral de Investigación Penal y las distintas comunidades», explicó. Monseñor Adán Ramírez, párroco de la Basílica de Santa Teresa, fue designado por el clero como el enlace con el ministerio. EL ARMA Y EL ALMA Los sacerdotes reunidos con el ministro Rodríguez Torres coincidieron en afirmar que es necesario transformar lo que va al alma, a la raíz, para que se origine un cambio en la conciencia de las ciudadanas y los ciudadanos. Ramírez señaló que es imprescindible retomar las clases de religión en las escuelas para promover una educación de paz. Igualmente, instó a los medios de comunicación y a los representantes de la política nacional a «bajar el tono del lenguaje. Hay un lenguaje belicista que no está haciendo bien». Otra de las propuestas fue dirigida directamente al presidente de la República, Nicolás Maduro. Los párrocos solicitaron al Jefe del Estado que la Universidad Católica Santa Rosa pase nuevamente a manos de la Arquidiócesis de Caracas. «Es necesario recuperar el espacio de la educación religiosa en las escuelas. Debemos apuntar a lo preventivo», dijo. Ratificó que la iglesia debe participar activamente en la siembra de valores morales y éticos. «Nadie va a la iglesia a aprender a usar un arma de fuego, la gente va a la iglesia a encontrarse con Dios», resaltó Rodríguez Torres. Estimó que el gran esfuerzo de las iglesias es rescatar el mensaje de Dios, el mensaje de solidaridad, de paz, de los mandamientos. El evangelio es el arma que tienen los sacerdotes para combatir la violencia, que es un problema que no solo lo resuelve el Estado, expresó el titular de Interiores, Justicia y Paz. Insistió que el abordaje de las iglesias es importante para el desarme. En la reunión se planteó la posibilidad de que los templos sean receptores de armas de fuego.

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