La crisis de liquidez por la que atraviesa el gobierno venezolano restringe dramáticamente sus operaciones de inteligencia, llevándole a concentrarse solo en los adversarios de la «revolución bolivariana» que se encuentran dentro del país y reduciendo a un mínimo el monitoreo de potenciales amenazas externas, revelaron fuentes familiarizadas con la situación.
La falta de dinero comenzó a impactar las costosas operaciones en el exterior del régimen de Nicolás Maduro, incluso las de su cuerpo diplomático y las del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), detallaron las fuentes que hablaron bajo condición de anonimato al Nuevo Herald.
Pero no todos los servicios son recortados. Los cambios registrados recientemente también incluyen el retorno a la agencia de inteligencia del personal cubano, que había sido apartado previamente por temores de altos dirigentes del régimen venezolano de que La Habana comenzaba a recaudar demasiada información sobre ellos.
Las fuentes explicaron que las manifestaciones que han sacudido a Venezuela por más de dos meses empezaron a alterar la composición de los organismos de seguridad del chavismo, lo que lleva a Maduro a depender cada vez más en los mecanismos, recetas y personal suministrado por Cuba para enfrentar la crisis. «Los cubanos vuelven a tomar el SEBIN. La idea es poner un primo [un asesor cubano] en cada una de las direcciones [departamentos]», dijo una de las fuentes.