La seguridad ciudadana. Con frecuencia vemos como gobiernos descalifican a las instituciones que son severas y críticas ante sus políticas públicas, pero cuando ocurre lo contrario todo cambia y por el contrario se hace propaganda de los que se enaltece. Creo que es hora de sincerarnos y ser conscientes de nuestras realidades y decimos esto porque el Gobierno venezolano debería asumir ejemplos de países amigos. Vamos a contrastar realidades. En Nicaragua, donde la pobreza afecta a 42,7 % de la población y la pobreza extrema a 7,6%, más de 70 % de los trabajos corresponde al sector informal, los salarios son bajos y sin acceso a la seguridad social, la tasa de homicidios es de 8,7 por cada 100.000 habitantes. Mientras que en Venezuela según el ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, la tasa oficial de homicidios es de 39 por cada 100.000 habitantes y la pobreza afecta a 27,3% de la población y 8,8% está en pobreza extrema. El reciente Informe Regional de Desarrollo Humano (IDH) 2013-2014: «Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina», señala que Nicaragua se encuentra entre los 6 países que reflejan mejores indicadores de seguridad ciudadana en América Latina. El estudio del PNUD destaca que la tasa de homicidio doloso por 100,000 habitantes en Chile es de 2; Argentina: 5.8; Uruguay: 6.1; Nicaragua: 8.7; Costa Rica: 8.8; Perú: 9. Este Informe analiza a profundidad el fenómeno de la seguridad ciudadana, estudia experiencias exitosas y propone recomendaciones concretas para mejorar las políticas públicas. El estudio ofrece un análisis sistemático sobre la seguridad ciudadana en 18 países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), así como un conjunto de recomendaciones dirigidas a la sociedad civil y a la comunidad internacional. Se reconoce que la inseguridad ciudadana es un reto compartido por todos los países de la región y que, como tal, demanda un entendimiento regional sobre los obstáculos y las respuestas que se han ensayado para afrontar las amenazas a la seguridad ciudadana. Pese a las mejoras sociales, la región sigue siendo la más desigual y la más insegura del mundo. Así mismo, mientras los índices de homicidio disminuyen en otras regiones, el problema ha aumentado en América Latina, que registra más de 100 mil asesinatos cada año, llegando a superar un millón de asesinatos entre 2000-2010. Si bien la tasa de homicidios se ha estabilizado e incluso ha disminuido en algunos países, como en Nicaragua, todavía es alta en la región: en 11 de los 18 países, la tasa es mayor a los 10 asesinatos por cada 100,000 habitantes, nivel considerado epidémico.