Definitivamente la violencia y la delincuencia son algunas de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Si embargo, ¿cuáles son los factores para que exista cada vez más violencia y delincuencia? Mientras no tengamos un servicio de inteligencia adecuado que nos permita detectar a tiempo los justos reclamos y descontentos populares, así como un equipo de negociadores que impidan esas violentas respuestas.
Mientras no pongamos mano firme y dura frente a violentistas que solo quieren fracturar el sistema, los conflictos sociales seguirán. Un tema aparte es el fenómeno de los terroristas que trabajan para el narcotráfico, ya estando focalizados hace tiempo se debió darles una batalla abierta. En delincuencia, mientras tengamos factores como la exclusión social, una violencia familiar que crece cada año, una desesperanza en nuestra juventud, que no puede acceder a estudios, trabajos, deportes así como a una sana recreación, mientras aumente el consumo de alcohol y drogas, el sub empleo y el desempleo, la falta de principios y valores, la corrupción e inmoralidad así como la impunidad de malos funcionarios públicos, la miseria, etc, mientras no trabajemos esos factores, será imposible bajar los índices de violencia y delitos.
¿Si los propios custodios del orden son victimas de los delincuentes, que le podría esperar al ciudadano común? Los ciudadanos no podemos permanecer ajenos ante la inacción o la falta de una adecuada respuesta del Estado, estamos ante una anomia social, un preocupante desborde patológico. Lo cierto es que no podemos ser indiferentes ante una realidad que nos podría poner como protagonistas en cualquier momento, ya que la próxima victima podría ser Usted, y no solo porque sea Usted la victima elegida, solo basta estar en el lugar y momento equivocado. No es gratuito el sentir ciudadano frente a este tema.
La última encuesta realizada por la Universidad Católica arroja que un 91% de limeños se sienten inseguros. Hoy el clamor por la seguridad ciudadana es de todos los sectores sociales, y se debe dar respuestas integrales y articuladas, con una política multisectorial bien definida. Sin duda hoy existe una gran brecha entre la demanda de la población en seguridad y lo que el Estado tiene como respuesta. Pregunto, ¿hasta dónde se ha avanzado respecto a los objetivos, fines y metas trazadas, ¿cuáles son?, ¿quién las tiene?.
Según un informe del grupo de diarios de América, la ciudad de Lima es la que menos policías cuenta por número de habitantes: uno por cada 1.700 ciudadanos. El estándar es de 270 por cada policía, es cierto que faltan efectivos policiales, pero también falta una adecuada capacitación y entrenamiento al personal policial, una reforma que pueda separar a los malos elementos que están coludidos con el delito, sueldos y beneficios más justos, un mejor equipamiento, etc. Incluso falta que se le suba la moral a muchos de ellos.
Sin embargo, a pesar de todas sus carencias y limitaciones, hay una labor esforzada e importante que se viene cumpliendo. Por ejemplo, la Divise es una policía especializada que hoy está altamente tecnificada y con buenos resultados, además cuando hay los recursos apropiados las respuestas son contundentes. Así lo demuestra la labor de las Águilas Negras, la policía que custodia a los bancos. El Perú es el que tiene los más bajos índices de asaltos a bancos en la Región.
Otro factor importante es que no se manejan cifras ni estadísticas científicas en el país. Al no contar con un observatorio del crimen, las llamadas cifras «negras» son muy altas. Según «nuestras» estadísticas la ciudad de Lima reporta mucho menos asaltos en las calles, con un promedio de 13.500 en un año, mientras que Santiago de Chile reporta un promedio de 63.000 por año.
Finalmente, tengamos en cuenta que no hay posibilidad alguna de mejorar la seguridad ciudadana sin una verdadera voluntad política y que ésta vaya de la mano con los recursos económicos y las reformas apropiadas.