La nueva administración de seguridad

Los sectores relacionados con la Seguridad Privada están cambiando, y se acentúan tendencias que comenzaron a desarrollarse en los últimos años. A partir de la rápida globalización de los mercados y de la competencia vemos: 
 – Competidores más fuertes y profesionales, 
 – cambios continuos en la base de clientes y en sus necesidades, 
 – un permanente desarrollo de nuevas tecnologías, productos y procesos, 
 – una mayor presión social demandante de regulaciones y control gubernamentales más estrictos y
 – una tendencia general hacia una mayor transparencia en los negocios de seguridad. 
Al mismo tiempo que el sector madura las empresas de seguridad se van haciendo más complejas. Ahora requieren mecanismos de administración más refinados y nuevos modelos de liderazgo basados en principios diferentes a los de la década de los ´90, que en nuestra región pueden considerarse los años de creación de un sector de la Seguridad Privada verdaderamente profesional. 

Hay dos nuevas tendencias en la administración de empresas de seguridad que vale la pena conocer mejor: 
– El cambio en la pirámide jerárquica de las grandes empresas de seguridad y 
– los nuevos modelos de liderazgo requeridos para dirigirlas. 

La desaparición de la pirámide jerárquica

Hasta hace pocos años una persona joven y trabajadora podía ingresar en una empresa de seguridad en los niveles más bajos y, con esfuerzo y perseverancia, llegar a una posición gerencial. Hoy vemos una exigencia casi universal de que el ingresante tenga por lo menos una carrera universitaria -cuando no un postgrado- para ingresar al primer escalón de una carrera gerencial en las principales empresas de seguridad. 
¿Porqué cambiaron las exigencias iniciales? La principal causa puede adjudicarse al cambio en la misma esencia de la estructura jerárquica, en las organizaciones de Seguridad con de cierto grado de desarrollo. 
En los últimos años la pirámide jerárquica ha sido sustituida por una estructura dual, compuesta por una amplia pirámide trunca que incluye a los Guardias, empleados y supervisores operativos, y otra pirámide menor sobre ella, formada por la gerencia superior.
Los guardias y empleados de la pirámide inferior están viendo su crecimiento profesional cada vez más limitado. Es muy difícil que un guardia o supervisor pueda llegar a gerente de operaciones, o que un empleado de cobranzas pueda llegar a hacerse cargo de la dirección administrativa de la empresa. 

La frontera entre ambas estructuras se está haciendo menos permeable, y es cada vez más necesario tener educación universitaria para ingresar en la pirámide superior. Actualmente, para poder alcanzar las posiciones más relevantes en empresas de Seguridad Privada con dotaciones de miles de hombres, se han vuelto casi imprescindibles tanto una formación de postgrado como un largo y complejo entrenamiento multidisciplinario. 
Esa pirámide superior que dirige la empresa, a su vez, está dividida en tres estratos definidos por las habilidades y competencias necesarias para un desempeño eficaz. 
Antes, al estrato inferior de esta pirámide directiva ingresaban jóvenes competentes en términos de habilidades técnicas o conocimientos adquiridos. Los ingresantes con buen desempeño, algún tiempo después podían comenzar a ascender al estrato intermedio, en el que era necesario un mejor desempeño en términos de habilidades interpersonales. 

En los niveles intermedios la competencia técnica debía ser complementada con habilidades de coordinación, comunicación, dirección y liderazgo, (lo que en empresas de otros sectores se solía acompañar con la rotación de los funcionarios por las áreas más relevantes de la empresa). Esto preparaba a los mejores para la siguiente transición, a la alta dirección. 

Alcanzar el estrato directivo superior requería una suma de habilidades conceptuales e integradoras. Esto significa la capacidad de ver el cuadro completo, y los modos eficaces de integración de las diferentes funciones de la empresa. Durante los años necesarios para recorrer este camino, teóricamente había una convergencia que puede graficarse con una ecuación: 

Tiempo = Nivel = Competencia 

Pero el tamaño y la complejidad destruyeron la validez de esta ecuación. Las grandes empresas de seguridad se han vuelto tan complejas que se hace más difícil que una persona pueda dominar todas las dimensiones relevantes del rol directivo.
Por esto las carreras profesionales en empresas de seguridad se están volviendo más especializadas, y la transición para las tareas unificadas requeridas en la alta dirección se ha vuelto cada vez más complicada. 

Las nuevas competencias necesarias para trabajar en una empresa

La necesidad de habilidades técnicas, humanas y conceptuales continúa siendo relevante. Pero ahora, cuando se hace la selección de personal se busca jóvenes que en su perfil reúnan estas tres características al ingresar, porque la velocidad de evolución de los negocios no da tiempo para que las desarrollen internamente. 
El trabajo en Seguridad hoy requiere interdependencia funcional y capacidad de tomar decisiones en condiciones difíciles, ambiguas e incluso contradictorias, lo que suele representar un serio problema para los mandos medios con un fuerte perfil técnico. 
Al mismo tiempo se sofistica el conocimiento necesario para resolver los problemas cotidianos, por lo que las empresas de Seguridad necesitan que los jóvenes de sus estratos intermedios sean más fuertes en varias áreas funcionales simultáneamente. 
Por ejemplo, los jóvenes jefes de las áreas de operaciones no pueden dejar de conocer al menos los rudimentos del marketing y del manejo de un presupuesto, y cómo estas funciones se relacionan con su trabajo cotidiano. De otro modo no pueden desempeñar adecuadamente su rol en operaciones. 

La clase de dirigentes que necesitan las empresas

Además de los cambios en la clase de jóvenes que están siendo reclutados para la «pirámide superior» de la empresa, están cambiando las competencias necesarias para la misma dirección de la empresa. 
La idea del directivo generalista, capaz de aplicar eficientemente unos pocos principios básicos de seguridad en cualquier situación, servicio o cliente, está terminando. 
  
Hasta ahora casi todas las empresas de seguridad locales han sido dirigidas por sus propios dueños, en general personas proactivas y capaces de conseguir resultados. A medida que el sector se profesionaliza y consolida, muchos de estos propietarios – gerentes generales encuentran dificultades para liderar el crecimiento de sus organizaciones construyendo estrategias viables a más largo plazo. 
Estos directivos, que han demostrado una gran capacidad emprendedora, en general también son personas con una necesidad muy alta de independencia y autonomía. No suelen sentirse cómodos con la interdependencia requerida en el manejo de una organización tan compleja como una empresa de seguridad actual. 
Muchos de ellos son buenos líderes del equipo, cualidad imprescindible para construir una empresa desde la nada. Y hasta ahora no se requería que también tuvieran condiciones de eficacia administrativa porque esta función podía ser cumplida en los escalones intermedios de la organización. El problema es que muchas empresas de seguridad, los estratos intermedios ya no pueden compensar totalmente los efectos causados por un líder carismático pero incapaz de administrar una empresa con múltiples unidades de negocios en diferentes mercados, en un ambiente volátil y complejo. 
Es bien claro que un buen administrador que carezca de capacidad de liderazgo también puede ser perjudicial para la organización, ya que las reglas pueden transformarse en un fin en sí mismas y no en un medio para alcanzar objetivos. Pero una visión maravillosa sin una ejecución eficiente no conduce a ninguna parte, y para ejecutar eficazmente se requiere una capacidad administrativa cada vez mayor. 

El futuro de la administración de seguridad

La administración de empresas de Seguridad en los próximos años mostrará una profundización de las tendencias mencionadas a medida que el negocio se concentre, las empresas remanentes se vuelvan mayores y aún más complejas, y los competidores de menor tamaño se especialicen.
La frontera entre las pirámides superior e inferior será cada vez menos permeable, los requisitos para ingresar en las posiciones iniciales de jefatura serán más exigentes y requerirán mayores estudios.

En el nuevo estilo de liderazgo, muchos directivos carismáticos serán complementados por otros con habilidades administrativas más desarrolladas… o reemplazados por ellos. 

Fuente: forodeseguridad.com