El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, aseguró hoy que Europa ha vivido en 2014 un «año negro» para su seguridad a causa del «extremismo» en las fronteras y en el propio territorio de la Alianza y del comportamiento «preocupante» de Rusia en la crisis ucraniana.
«2014 no fue un buen año para la seguridad europea. De hecho, fue un año negro», afirmó Stoltenberg en una rueda de prensa en la que presentó el informe anual de la Alianza Atlántica, informó Efe.
Stoltenberg se refirió al «extremismo en nuestras fronteras» que se extiende «por el norte de África y Oriente Medio» y que aparece en las «propias calles» de Europa, además de afirmar que Rusia, «sigue un patrón preocupante» con su comportamiento en la crisis ucraniana, «intimidando a sus vecinos, sin hacer caso a la ley internacional».
El político noruego hizo un llamamiento a que los aliados cumplan el objetivo de invertir un 2% de su PIB en defensa, y lamentó que en 2014 esas inversiones hayan caído en 7.000 millones de dólares, lo que supone una bajada del 3 % respecto del año anterior.
Puso como ejemplo que Rusia, «a pesar de la crisis económica», tiene como «prioridad» el gasto en defensa, motivo que junto a su papel en la crisis en el este de Ucrania ha hecho a la OTAN decidir que su «fuerzas estén más preparadas» y «reforzar la presencia por tierra, mar y aire».
Stoltenberg confirmó que «está trabajando» con el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, para mantener una reunión la próxima semana en Múnich en los márgenes de la conferencia sobre seguridad, que se celebrará en esa ciudad alemana.
A raíz de la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia la OTAN decidió suspender toda cooperación práctica con Moscú, pero acordó mantener los canales de diálogo abiertos.
«Es importante reunirse para discutir, también sobre los asuntos difíciles», comentó Stoltenberg.
En ese contexto se mostró igualmente a favor de las sanciones económicas que han impuesto a Rusia países occidentales, y volvió a respaldar una solución «pacífica» a la crisis ucraniana basada en los acuerdos de paz de Minsk firmados en septiembre por las autoridades ucranianas y las fuerzas separatistas prorrusas, pero que no han llegado a aplicarse plenamente.
«Rusia tiene que dejar de apoyar a los separatistas», concluyó.
Stoltenberg también subrayó la importancia de la colaboración con los países árabes y otros socios, ya que ello «crea estabilidad», y destacó la valía de mirar hacia el este a países como Georgia, Ucrania o Moldavia, y hacia el sur, a países como Jordania.
Recordó que el «mayor esfuerzo» nunca realizado por la OTAN fue su operación de combate en Afganistán -replegada a finales de 2014-, la cual «fue también parte de la respuesta aliada a la lucha contra el terrorismo».
Preguntado por si está preocupado por que el nuevo Gobierno griego afecte a la «unidad» de la Alianza, Stoltenberg indicó que «la OTAN es una alianza de 28 democracias», en las que hay «elecciones», lo cual es «parte de la fortaleza de la OTAN».
Subrayó que los aliados «son capaces de mantenerse juntos y trabajar juntos como uno», al tiempo que confió en reunirse la próxima semana con el nuevo ministro griego de Defensa.
El próximo 5 de febrero se reunirán los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, un encuentro en el que Stoltenberg espera que se aborde cuáles serán los «países marco», es decir, responsables de la nueva fuerza de acción rápida aliada.
«Este anuario refleja que estamos adaptándonos para que la OTAN siga siendo fuerte», concluyó.
Fuente: eluniversal.com