Gafas negras, camisa negra, saco negro. Podría ser la descripción de James Bond o de otro agente secreto. Pero no lo son. Sin embargo, tienen la misma formación. Son guardaespaldas encargados de proteger celebridades y a los más altos ejecutivos de las principales empresas del mundo.
El trabajo puede parecer simple, pero no lo es. Lleva largos procesos de análisis en donde estudian cómo son los movimientos de la persona a custodiar, adónde debe ir y cuáles son sus costumbres para poder ver cuáles son los posibles riesgos a los que se enfrentan.
“A partir de la agenda de la persona podemos dimensionar el trabajo que vamos a hacer. Si se va a necesitar un auto blindado o no blindado, cuántos agentes armados, entre otras cosas”, sostuvo Arnaud Ryser, Regional Sales Manager para América latina de Velours Internacional, una agencia de protección.
Los precios para contratar un servicio de protección varían dependiendo del trabajo que se realice. “Esto es un traje a medida, se diseña en base a la persona, a las posibles amenazas. No hay un esquema fijo. Puede salir desde US$ 1.000 por un agente de 12 horas hasta US$ 50.000 por un día o más también”, sostuvo Carlos López, director regional de Velours Internacional.
La mayoría de los guardaespaldas que se dedican a proteger figuras de primer nivel ex miembros de fuerzas especiales. Una de las principales características que los diferencia con los “guardaespaldas de gimnasio” como los llaman en la jerga.
A la hora de proteger a sus clientes, este tipo de empresas no escatiman en recursos. Desde aviones privados a helicópteros y autos blindados, las compañías utilizan los vehículos y herramientas tecnológicas que sean necesarias para cada situación. “Usamos la tecnología que esté disponible en el momento, no hay un despliegue tecnológico puntual. Eventualmente podemos utilizar sistemas de seguridad de la ciudad, por ejemplo. Estamos monitoreando toda la situación en general, si hay cortes o manifestaciones, algún evento deportivo, entre otras posibilidades”, aseguró López.
Para este tipo de empresas es difícil de encontrar empleados que formen parte de este nicho. Según López, en la Argentina “no hay mucha gente calificada disponible, casi siempre se busca gente que haya sido calificada en el extranjero. No es una especialización que tenga mucha trayectoria, se busca gente que estuvo o está en la formación de una academia”.
¿Cuál es el perfil buscado? El de una persona que tenga “habilidades en la protección ejecutiva, capacidad de detección de amenazas, de evaluar una situación de riesgo” y la posibilidad de manejar vehículos blindados o utilizar armas.
Fuente: seguridadenamerica.com.mx