El secuestro exprés consiste en retener a una persona durante poco tiempo para, normalmente, conseguir recibir un rescate. Esta práctica, al igual que los secuestros de más larga duración, es «muy poco habitual en España«, según fuentes policiales consultadas por EL MUNDO. Sin embargo, la Policía alerta de que se han incrementado los casos de falsos secuestros virtuales en nuestro país.
El modus operandi es siempre el mismo: los supuestos secuestradores llaman a las víctimas para decirles que tienen a un familiar retenido, normalmente su hijo menor de edad, y que lo van a matar o golpear si no hacen un pago de inmediato. La cantidad que piden varía entre 350 y 5.000 euros y solicitan que el depósito se realice a través de la empresa de envío de dinero Western Union.
El objetivo de los secuestradores es que la víctima pague cuanto antes para evitar que descubra que el secuestro es inventado, por lo que recurren a todo tipo de amenazas para que no intente ponerse en contacto con su familiar. Se han dado casos en los que se han reproducido grabaciones de niños llorando y muy alterados pidiendo ayuda que, con la tensión del momento, las víctimas reconocen como sus hijos.
Llamadas aleatorias y seleccionadas
La Policía identifica dos tipos de llamadas en estos secuestros virtuales: las aleatorias y las seleccionadas, pero todas proceden del extranjero y los autores hablan en español. En el primer caso, los estafadores llaman a muchos números de teléfonos al azar con la intención de que alguien se lo crea. Así, se han recibido denuncias de personas sin hijos que han sido contactadas y a las que les pedía un rescate por mantener con vida a los pequeños.
En el segundo caso, los supuestos secuestradores investigan a sus víctimas a través de redes sociales, como Facebook, en las que la gente registra su número de teléfono. Así, pueden conocer si tienen hijos y cómo son físicamente para describirlos en el momento de la estafa. Además, intentan conocer hábitos de los menores para saber cuándo los padres no pueden contactar con ellos, por ejemplo, porque están en clase. Asimismo, les amenazan con matarlo si cuelgan el teléfono antes de realizar el pago para evitar que puedan comprobar si lo que dicen los estafadores es cierto.
Tanto si la llamada es aleatoria o se conoce el perfil de la víctima, el supuesto secuestrador le va dando instrucciones para que transfiera el dinero en una llamada que puede durar «hasta varias horas».
Colaboración ciudadana
Ante el incremento de casos en España, la Policía alerta a la ciudadanía para que no caiga en este timo. Los agentes de laSección de Secuestros y Extorsiones de la Comisaría General de Policía Judicial ya han contactado con Interpol para poder localizar a los autores de estas estafas telefónicas en el extranjero, pero consideran que la colaboración es muy importante.
Lo esencial, según la Policía, es que la gente tenga muy claro que lo primero que se debe hacer es comprobar la información que le dan los secuestradores y, acto seguido, contactar a la Policía, independientemente del resultado. Si no se ha podido localizar al supuesto secuestrado, para iniciar los trámites pertinentes; si se ha descubierto que la amenaza es falsa, para poder prevenir a los agentes, como ya han denunciado decenas de personas de diferentes comunidades autónomas.
Práctica extendida en otros países
Aunque en España no es tan habitual este tipo de estafa virtual, en otros países como México se trata de una estafa habitual. La principal diferencia es que allí sí que se contacta directamente con el supuesto secuestrado e, incluso en algunas ocasiones, se simula su retención para que su testimonio telefónico tenga mayor carga emocional. Sin embargo, el secuestro tampoco se produce y la víctima nunca llega a ver a los presuntos atacantes, simplemente se impide que se pueda comunicar directamente con el familiar al que se intenta estafar. En esta variante, aunque no hay contacto físico, la presión que se ejerce sobre la víctima por teléfono es tan fuerte que se convence de que el secuestro es real.
En diciembre de 2013, por ejemplo, un empresario español fue víctima de esta modalidad de timo. Hospedado en un hotel mexicano, los estafadores le llamaron para comunicarle que supuestamente iba a haber una operación judicial allí y que tenía que irse a otro hotel en el que ya habían reservado una habitación para él. Una vez allí, los secuestradores le informaron por teléfono de que estaba secuestrado y de que no podía apagar el móvil y pidieron un rescate de 100.000 euros a sus allegados. En este caso, la Guardia Civil junto a las autoridades mexicanas consiguieron su liberación.
Fuente: elmundo.es