Los casos de delitos con toma de rehenes han aumentado en forma alarmante en toda la región, incluyendo a países en los que este delito era prácticamente desconocido. Por ello incluso existen cursos especiales de «Como aprender a ser rehén», y el gran problema es que si bien pueden estar más expuestas las personas adineradas o con un alto grado de exposición social, esta situación le puede pasar a cualquiera. Aquí unos consejos prácticos en caso de ser víctima.
1. Mantener la calma.
La pérdida de control por el rehén genera violencia en el captor, que puede golpear al rehén o incluso asesinarlo.
2. No contradecir al delincuente.
Obedecer sus indicaciones y no estimular su ansiedad.
3. No establecer vínculos con el captor.
No dialogar con él, no entablar trato personal, familiarizarse ni establecer ninguna clase de vínculos. Recuerde que el captor está dispuesto a matar, y la vida del rehén está en serio peligro en todo momento.
4. No intervenir en la negociación.
No intentar negociar por su cuenta, ni intervenir en la negociación. Los negociadores de la policía o el gobierno son profesionales, y están preparados para estas situaciones.
5. Confiar en la policía.
Las policías tienen profesionales entrenados que saben qué hacer.
6. Durante la entrega, o la irrupción de los grupos tácticos policiales.
Mantener las manos en alto, sin sostener nada en ellas, con las palmas hacia delante y los dedos bien abiertos y separados. Si ingresan grupos especiales a rescatar a los rehenes, demostrar claramente que no se es una amenaza y no se tienen armas o elementos contundentes en la mano.
Fuente: seguridadenamerica.com.mx