Claves para sobrevivir a la inseguridad en lo que resta de 2015

A principios de este año escribí sobre las claves para sobrevivir al 2015. En ellas, me referí que debido al aumento desmedido de precios de la mayoría de los bienes, todo vale más, por lo que aquello que hasta hace poco era casi que basura, ahora es un bien deseado. No subestimar el valor de nada de lo que se posee es la clave. Igualmente, mencioné el incremento en el hurto y robo de viviendas. Muy posiblemente, en una vivienda de clase media se consigan hoy más valores que en una agencia bancaria y con muchísimo menos riesgo para el delincuente. Por tanto, la recomendación es protejer la vivienda, la familia y los bienes. Voy a completar la tríada con la tensión que genera el acceso a bienes y servicios en la realidad que vivimos. La predisposición de las personas cansadas y frustradas por la escasez y la inflación hace que la experiencia de ir al mercado, a un hospital o comprar una batería sea una confrontación abierta a la desesperación violenta entre los muchos que se pelean por lo muy poco. Lo importante aquí es no engancharse en un conflicto, que quizás lo deje con un kilo de harina PAN o con un tiro en el pecho.

Además de las tres claves mencionadas que siguen igual de vigentes, la seguridad, en lo que resta del año, tiene sus acentos en tres importantes elementos que exigen del ciudadano de esta tierra un poco de consciencia y esfuerzo previsivo.

No ser la víctima perfecta: Cuando dejas de parecerte a lo que te rodea, empiezas a ser la víctima perfecta. De igual manera, la víctima perfecta es aquella que no está en el aquí y en el ahora. Caminar por la calle hablando por un celular que cuesta decenas de salarios mínimos te hace la víctima perfecta. Transitar por “caminos verdes”  a partir de las 7 de la noche te expone a ser interceptado y secuestrado. Salir de forma descuidada de lugares públicos, haciendo alarde de lo que se tiene y más aun en vehículos de lujo te convierten en el blanco perfecto de criminales que sólo están esperando al que “está pagando” para llevárselo. Para que ocurra un delito deben presentarse tres condiciones; estar en el lugar incorrecto, en el peor momento y lucir como la víctima. Ya que las dos primeras premisas son casi imposibles de predecir en nuestras ciudades, lo que nos queda es bajar nuestro perfil de víctima. Antes de salir de su casa o trabajo, haga una breve autoevaluación y revise si su vestimenta, vehículo y accesorios están acordes con la ruta o el destino dónde se dirija. La mayoría de las personas que han sido robadas o secuestradas, se sintieron como las víctimas perfectas justo antes de la comisión del delito.

Aprender a cuidarnos en equipo: desde hace al menos 30 años, en Venezuela no existen suficientes policías en la calle para prevenir los delitos. A pesar de los esfuerzos que realizan los cuerpos de seguridad por contener al hampa (me consta), la cantidad de amenazas es tan grande, que por simple probabilidad, todos estamos realmente expuestos a ser victimizados. Mi recomendación en este aspecto es convertir a la familia, los amigos y los compañeros de trabajo en guardianes de la prevención y la protección. Dicen que lo que se quiere se cuida. Demostrémoslo ensamblando una red de seguridad entre nosotros mismos. Aprovechemos las ventajas de los “smartphones” para activar grupos de prevención. Hagamos una costumbre sana notificar al grupo nuestros traslados. Avisemos a través de un sencillo código de comunicación cuando llegamos o salimos de la casa, el trabajo, el colegio o la universidad. Activemos aplicaciones interactivas de geolocalización para saber dónde están nuestros hijos. Hagámonos acompañar por nuestro grupo cuando debamos salir fuera de horario o debamos ir a sitios que no frecuentamos. Notifiquemos cuando veamos situaciones que puedan ser amenazas. Tomemos fotos de carros, personas, calles o lugares que consideremos de peligro y hagámoslas públicas en nuestro grupo de prevención y protección (GPP). Cuando tengamos dudas sobre situaciones que luzcan riesgosas, consultemos a nuestro grupo. Mi sugerencia es hacer grupos de máximo 10 personas donde todos nos conozcamos y tengamos hábitos parecidos. La idea es que todos aprendamos a cuidar y a que nos cuiden.

Leer el entorno: El escalón previo a la seguridad se conoce como consciencia situacional, y quiere decir que tengamos “las pilas puestas” sobre lo que ocurre en nuestro alrededor. Los niveles de desprotección y violencia que hoy existen en nuestras ciudades no pueden manejarse sin tener herramientas para la identificación de potenciales amenazas. Todos estamos equipados para aprender a leer el entorno. Es una tarea sencilla, una vez que aprendemos a ver la realidad con ojos un poco más objetivos. Si el mismo motorizado nos pasa dos veces por delante, es evidente que está viendo en nosotros algo que le interesa. Asimismo, un correo electrónico que nos pide nuestros datos bancarios no tiene mucha lógica, por mucho que parezca real. Acostumbrémonos a indagar y preguntar detalles cuando no nos sintamos seguros de algo. Prestemos atención a nuestro sexto sentido de la intuición que nos alerta sobre potenciales peligros. No estamos en la época de correr riesgos innecesarios ni de demostrar valentía frente al hampa. La impunidad ha reducido el costo del delito a su mínima expresión, por tanto, llevamos casi todas las de perder cuando somos abordados por delincuentes.  La mejor muestra de que estamos aprendiendo a leer el entorno es que empezamos a detectar vulnerabilidades en otros que los hacen lucir como víctimas perfectas.

Para concluir,  quisiera destacar que la prevención es el arma más poderosa que tenemos los ciudadanos ante climas complicados de violencia. Vivir en Venezuela hoy implica incrementar nuestros niveles de consciencia previsiva. No estamos en Disney, vivimos en uno de los países con las mayores tasas de delito e impunidad del mundo, por tanto,nuestra actitud debe estar acorde al entorno en el que nos desenvolvemos. Si queremos tener un cierre del 2015 con seguridad, hagamos valer nuestra capacidad de montarnos sobre los obstáculos para ver desde más alto y más lejos.

@seguritips