Malls se enfocan en la seguridad

El Centro Comercial Ciudad  Tamanaco (CCCT), una edificación emblemática de la ciudad, está por celebrar 40 años. Este centro fue el más grande de Venezuela hasta la construcción del Sambil Caracas en 1998.
Su estructura de pirámide invertida sorprendió a los caraqueños, además de sus proporciones. El lugar que se consolidó como centro de compras, también cuenta con áreas de oficinas y un hotel y, durante muchos años, albergó a la discoteca City Hall, la más grande del país.
Administradora CCCT asegura que actualmente el reto es adecuar su planta física a los nuevos requerimientos que demandan las tendencias en materia de seguridad industrial y laboral. En el área de estacionamiento se está sustituyendo el sistema de iluminación  con nuevas lámparas con bajo consumo eléctrico.
«Se han hecho inversiones en el tema de seguridad para aumentar el resguardo de las personas y de los vehículos. Hay 408 cámaras instaladas en halls de ascensores en los sótanos, escaleras peatonales y pasillos entre los seis niveles de estacionamientos y monitoreadas en un centro de control y 181 en los tres niveles comerciales», precisa personal de la Administradora. En los próximos días está previsto que entren en funcionamiento 49 policías virtuales, con botones antipáticos y cámaras y que estarán distribuidos en todos los niveles comerciales.
Pablo Nascimento, arquitecto que ha estado a cargo del diseño de proyectos de varios centros comerciales, entre ellos, Galerías Los Naranjos, Galerías Prados del Este, Galerías Sebucán, Metrocenter, asegura que actualmente el principal reto de estos espacios es fortalecer el tema de la seguridad.
«Se ha multiplicado la inversión en esta área. Aunque a veces no se haga tan evidente hay personas de seguridad rondando las instalaciones de los centros comerciales como una forma de reforzar el resguardo, cámaras en puntos estratégicos y servicios internos que conectan cada una de las tiendas con una central».
Según mediciones de Datanálisis, divulgadas en marzo del año pasado, el 84% de la población considera que los centros comerciales ayudan a mejorar la seguridad en la zona. Pero entre 70 y 75% perciben que han caído las medidas de seguridad.
A pesar de esto, Roberto León Parilli, de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, asegura que en los malls las personas se siguen sintiendo más seguras que en otros espacios. «Estos recintos son un reflejo del país y hay situaciones que han afectado su dinámica. Los centros comerciales donde hay supermercados y farmacias se han visto afectados por las largas colas de usuarios. Esto ha influido en la sensación de seguridad y tranquilidad. Las dificultades para reponer inventarios y las leyes laborales también han impuesto cambios. Y los usuarios, debido a la situación económica, tienen menos capacidad de visita, van menos al cine, a un restaurante o a comprar». Nascimento agrega que los malls más pequeños están haciendo malabarismos para sobrevivir, pues son los más afectados.
Sin embargo, los centros comerciales siguen teniendo una penetración de uso superior al 85% de la población, según Luis Vicente León, director de Datanálisis.  Para Oscar Pérez, comerciante en el bulevar de La Marrón, el hecho de que los malls se encuentren casi siempre abarrotados habla de la ausencia de calles comerciales o bulevares como el del casco histórico o el de Sabana Grande donde las tiendas cierran temprano, algunas poco después de las 5 de la tarde.
«Sería ideal que la ciudad pudiese tener más calles comerciales pero para esto se necesita mejorar la planificación de seguridad y de redes viales. Una mayor vivencia de la calle sin miedo y mejores conexiones entre el Norte y el Sur de la ciudad que favorezcan la integración», explica Nascimento. Pone como ejemplo a Las Mercedes, una suerte de gran centro comercial abierto. «Allí se ha hecho un esfuerzo por desarrollar las aceras para el peatón». Sin embargo los usuarios piden más presencia policial.
Centro sambil fue pionero
La vida comercial de la Caracas de los años 50 era quizás la más activa de Suramérica en proporción a su número de habitantes. A muchas tiendas ubicadas en lo que hoy es el casco histórico de Caracas llegaba la mercancía de Europa y posteriormente de Estados Unidos.
Uno de estos lugares era Novedades Mundiales, que se encontraba de Sociedad a Camejo. Algunos recuerdan El Gallo de Oro, el preferido de las novias, pues allí conseguían encajes de Bruselas y tiras bordadas de Suiza. De Gradillas a Sociedad estaba la tienda Versalles, con cristalería y carteras de marcas prestigiosas.
En 1954 la Casa Dior abrió sus puertas en la Av. Francisco de Miranda, entre Chacao y Campo Alegre. Más tarde, Sabana Grande se convirtió en el centro comercial abierto de Caracas, con tiendas glamorosas, zapaterías que abrían hasta la medianoche, además de bares y discotecas.
Amelia Tovar, vecina de San José, recuerda cuando los cines eran a pie de calle y las mejores tiendas estaban en los bulevares. «Este ambiente se fue deprimiendo por la inseguridad y surgió una oportunidad de negocio con los centros comerciales».  El primer centro comercial propiamente dicho de Caracas fue el de Chacaíto, que se levantó entre 1965 y 1968, como un espacio integrado a la ciudad. Su lema era «Una puerta abierta», pues fue concebido sin rejas ni barreras (éstas se colocaron en los últimos años).
El arquitecto Pablo Nascimento coincide con Parilli en que estos espacios se convirtieron en las nuevas plazas de reunión de los venezolanos, donde conseguían la seguridad y libertad que no tenían en la calle, además de un mecanismo eficiente para hacer compras, pagar servicios, interrelacionarse con otros y tener esparcimiento.
El concepto moderno de centros comerciales como lo conocemos hoy llegó en 1998 con el Centro Sambil. «Freddy Cohén fue el pionero y el que marcó la diferencia. Antes los locales se vendían, no abrían sábado ni domingo sino a conveniencia de sus propietarios y no existían horarios extendidos.
La nueva dinámica la impusieron las necesidades de los usuarios», explica Nascimento quien afirma que los centros comerciales de Venezuela son los más concurridos de toda Latinoamérica.  En 2008, según la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, la proporción era de un centro comercial por cada 55 mil habitantes. Hoy debería existir un mall por cada 35 mil personas, pero estos números no se han actualizado.
En cifras
190 centros comerciales aproximadamente están distribuidos en toda Venezuela. En Caracas hay poco más de 30
12 a 15 proyectos nuevos de centros comerciales deberían estar por inaugurarse entre 2015 y 2016 en Venezuela. En Chacao se están construyendo tres
90% de la población considera que los centros comerciales forman parte de la vida del venezolano y 88% cree que han contribuido con el desarrollo del país, según estadísticas de Datanálisis.

Fuente e imagen: eluniversal.com