Análisis forense digital en la nube

Estamos asistiendo a una nueva década dominada por las redes sociales, la computación móvil y la nube. Esta nueva condición de la sociedad digital, ubica a la información como uno de los elementos más sensibles y más apetecidos por todos los participantes de esta realidad interconectada.

Nada más cierto que el empoderamiento evidente de jóvenes y niños, que exigen de las redes mayor velocidad, conectividad y renovados contenidos. Así las cosas, la información en movimiento, como la vida misma, es un reto que demanda de los mejores analistas de seguridad de la información, propuestas innovadoras para comprender ahora qué significa “estar seguros” en un ambiente de cambio permanente, altamente impredecible, inalámbrico y de operación 7x24x365.

Entender la realidad actual de servicios y conexiones “sin cables”, es actualizar la reflexión de los retos asociados con los elementos materiales probatorios informáticos, medianamente conocidos y asegurados en un contexto cableado. Si encontrar o identificar a posibles atacantes en infraestructuras de configuraciones y flujos de información conocidos ha sido un reto evidente durante los últimos 10 años, sumergirse en el desafío forense a través de las redes sociales, en medios inalámbricos y administrados por un tercero en la nube, describe una nueva disciplina y nuevos campos de investigación que exigen repensar la informática o computación forense en un nuevo nivel, con una visión más sistémica para establecer elementos que permitan avanzar en nuevos procedimientos estandarizados.

En un primer momento, conociendo esta realidad actual, se tiene la tentación de aplicar los procedimientos conocidos y generalmente utilizados para abordar el reto forense a través del trinomio: red social, móviles y la nube. Al estar cada uno de ellos articulados y fundados en plataformas tecnológicas, suena coherente desarrollar los aseguramientos de evidencia, siguiendo los protocolos establecidos asociados con datos volátiles y no volátiles. Adicionalmente, poder seguir los rastros en cada uno de estos mundos, no debería ser diferente de lo que actualmente se efectúa cuando de investigaciones informáticas se trata.

Pero la realidad del análisis y reto de las investigaciones forenses en este renovado contexto abierto de flujo de información permanente y ubicua genera más incertidumbres que certezas, más preguntas que respuestas y más imprecisiones que claridades. Mientras la esencia misma de la computación forense es establecer hechos y datos propios de la realidad que se investiga, una revisión de los diferentes actores de este nuevo escenario, nos propone diferentes perspectivas que confrontan los fundamentos de los procedimientos generalmente aceptados para avanzar en el aseguramiento de evidencias en un proceso forense digital.

Los nuevos retos del cómputo forense

En esta primera revisión del tema forense en el contexto actual, trataremos de analizar cada uno de los participantes y aquellos elementos críticos que hacen exigente una validación forense digital en medios sociales, apalancados en tecnologías móviles y convenientemente ubicadas en la nube.

Iniciemos con el usuario, con las personas, que cada vez más se advierte una alta dependencia de las redes sociales, consumo de contenidos y servicios en la web. Con el paso del tiempo los hábitos de la gente, particularmente de los niños y los jóvenes, han venido migrando de una necesidad natural de interacción cara a cara, a una mediada por la tecnología, con información instantánea y técnicamente de acceso ágil y prácticamente ilimitado. Esto si bien es una gran ventaja para mantenerse actualizado y en movimiento, estamos debilitando la natural exigencia de explorar y revelar nuevas preguntas que forjen los nuevos investigadores del futuro, con hambre de logro, más allá de un clic que hable de lo que “hay disponible”. Pero ésta es una reflexión que queda fuera del alcance de este análisis.

Desde el punto de vista forense, el caminar por las redes sociales es descubrir un perfil de la persona, sus hábitos para compartir información, sus patrones de conexión, las aplicaciones extra que utiliza y los amigos con los cuales más comparte. De igual forma, es detallar sus habilidades para configurar su interacción, los cuidados para aceptar a nuevos amigos y las particularidades de su personalidad que se describen en cada una de sus publicaciones.

Analizar a un individuo en una red social, es ir más allá de cuál de ellas utiliza, es entender la interacción que existe entre el navegador y el sitio mismo, sabiendo que éste último está en un ecosistema tecnológico, con dependencias identificadas, bien para los servicios ofrecidos a sus usuarios como para la infraestructura que los soporta. Así las cosas, una visión de la problemática estará en cómo los terceros que intervienen han sabido estructurar la interacción de sus aplicaciones para ofrecer lo prometido y otra, la forma como la tercera parte mantiene y asegura los servidores y equipos de cómputo sobre los cuales se ejecutan los programas.

Entender estas interacciones demanda una comprensión de un ecosistema que se articula en una malla de relaciones técnicas y de información, incorporar a este escenario, los conceptos de movilidad definen una realidad ampliada que no es posible comprender sólo desde los elementos naturales de las redes inalámbricas y sus servicios puesto que éstas representan sólo un medio adicional que se suma a las interacciones del ecosistema tecnológico que tenemos en la actualidad.

Por tanto, las investigaciones forenses que conjugan las redes sociales y dispositivos móviles, superan las consideraciones actuales que los investigadores puedan tener para recabar la información requerida con la profundidad necesaria, y así entender, el cúmulo de relaciones y puntos de contacto que son necesarios para encontrar patrones y respuestas a preguntas que se pueden hacer en una operación sin cables y altamente social digital.

Necesario reconocer rezago y retos de la nube 

Conjugar estas dos tendencias exige de parte del investigador forense reconocer que su entrenamiento actual se queda corto para asistir a la justicia en la persecución de las nuevas y silenciosas tácticas que la delincuencia viene utilizando a través de las redes sociales y los medios inalámbricos.

Mientras los “chicos malos” avanzan diariamente en la búsqueda de nuevas opciones y oportunidades para continuar con su imperio del engaño y defraudación (apoyado bien en nuestras malas prácticas, fallas tecnológicas o de las aplicaciones). Poco hacemos nosotros con el mismo ejercicio de manera sistemática y formal para asegurar lo requerido en las personas, procesos y tecnología.

No contentos con lo anterior, ahora sumamos a la ecuación, por cierto, desde el punto de vista económico y estratégico —claramente positivo y rentable—, la realidad de una relación más dependiente y más flexible de articulación de servicios de infraestructura, plataforma y de aplicaciones, lo que se denomina en el mundo tecnológico computación en la nube.

La computación en la nube es el eslabón “que hacía falta” para contar con la facilidad de almacenamiento prácticamente infinito, disponibilidad permanente y movilidad sin restricciones. Ésta se convierte en el nuevo paradigma que “hace transparente” la relación entre los usuarios y los proveedores; la promesa de valor de pagar por lo que se usa; de agilidad para contar con lo que se quiere y desplegar los servicios de acuerdo con el cambio de las tendencias del mercado.

Asimismo, se completa el cuadro de la complejidad que debe atender el nuevo observador forense digital, que consiste en entender primero las relaciones entre el usuario y su red social, luego la red social y los medios inalámbricos y finalmente los servicios tercerizados y sus accesos desde los medios móviles, así como las consideraciones de interacción de los usuarios.

Un contexto complejo

Como podemos ver, adelantar una investigación forense en una realidad como la que hemos analizado no es una extensión de lo que conocemos hoy en forensía digital. Es elevar nuestra reflexión general del análisis de datos que soportan los informes técnicos, por un ejercicio de desdoblamiento de la complejidad entendiendo a los actores comprometidos y sus relaciones en una escena virtual que tiene sentido en un escenario real.

De acuerdo con lo anterior, dejamos planteados los elementos base de una revisión de la computación forense en un ecosistema tecnológico que demanda una estrategia de análisis y entendimiento renovado para retar y confrontar los modelos conceptuales conocidos para adelantar investigaciones en informática.

Fuente: seguridadenamerica.com.mx