La legítima existencia real y presencia de las empresas multinacionales en la actividad de la seguridad privada, es una experiencia que hay que vivirla para poder dimensionarla. De ella se habla mucho, a veces bien, a veces mal y a veces con indiferencia hasta que aparecen datos de la realidad que generan inquietudes que muy bien definidas están en el titulado del presente artículo.
Encarar la situación requiere de objetividad absoluta, caso contrario, probablemente caigamos en la idea de fijar una posición que carecería de valor analítico o contenido profesional. De allí que se obvian referencias dirigidas a esas cuestiones, especialmente a las contractuales, internas, de confidencialidad o que de alguna manera rocen la integridad empresarial y menos en lo que hace a la industria.
Este editorial pretende efectuar reflexiones sin juzgar ni valorar otros aspectos, para lo cual, observaremos puntos que tienen que ver con las legislaciones; los desequilibrios que se producen; las empresas emblemáticas; los mercados; la concentración; la competencia; la expansión y la proyección.
Legislación sobre la inversión multinacional en seguridad
En este aspecto cada país reserva su propia legislación. Latinoamérica carece de normas internacionales comunes, aún cuando en ciertos casos reconoce protocolos especiales. En lo que hace a las empresas multinacionales, en los países donde operan sin restricción, no surgen legislaciones de excepción, rigiéndose por las mismas normas que las empresas nacionales.
Sin embargo vale indicar que el caso de la legislación de la seguridad electrónica, se presentan enormes vacíos que, ocupados sin límites por la oferta, abren un amplio panorama a esas empresas, que acceden a la compra, exportación o triangulación de equipos, que en paralelo, contribuyen al importante negocio financiero que veremos más adelante.
Si bien no se observan en general normas de excepción hacia las extranjeras, Latinoamérica no registra legislaciones de protección hacia sus empresas nacionales, algo notorio si se considera el tema estratégico de la Seguridad Nacional.
Desequilibrios entre las empresas nacionales y las multinacionales
La información indica que la región está inmersa en un desequilibrio entre las empresas nacionales con responsables personalizados, respecto de las multinacionales, que a través de gerenciamientos locales y disponibilidad económica externa, amplían su presencia, en un mercado que va integrando posiciones de seguridad física y electrónica. Ello, sumado a problemas estructurales, impulsa una hipercompetencia que expone la realidad de la informalidad, el endeudamiento, los precios viles, la concentración y la incapacidad normativa para corregirlo.
Lejos de cualquier antagonismo sería interesante superar la situación mediante una mejor convivencia inter empresarial, como una manera de no desgastar la integridad de la industria. Negar las consecuencias de esa posibilidad, implicará someter su credibilidad al desprestigio, ante el sector más sano de usuarios.
Avanzar en estos desequilibrios, trae aparejado un planteo por el cual las empresas nacionales del país que fuera, ven amenazada su estabilidad, a partir de un sentido de pertenencia más ideal que real, globalización mediante.
Empresas emblemáticas:
Si bien son numerosas las empresas multinacionales que operan en el mundo, pocas lo hacen en Latinoamérica y solo cuatro de ellas son referenciadas por su alta presencia. Sin abrir juicio de valor, datos públicos permiten conocer que se trata de empresas líderes, con altos índices de facturación mundial.
Producto de un crecimiento exponencial, aún por separado, llevan compradas en conjunto y en los últimos años, más de (25) empresas en la región. La impetuosidad en alcanzar nuevos mercados, incluyendo donde aún no lo hacen, llevan a analizar la cuestión, que ante datos de la realidad, ven amenazado el equilibro proporcional de la libre competencia nacional, apreciando reparos de claro orden económico-financiero.
Se impone indicar aquí, que el 90 % de las casi (10.000) empresas distribuidas entre los países de la región, registran algún nivel de endeudamiento, por múltiples factores. Nótese que las empresas internacionales de seguridad física, tuvieron en 2011 una participación de mercado del 44 % en EEUU., un 28 % en Europa y apenas un 10 % en la región.
Ese endeudamiento, sumado al riesgo que tiene la actividad, contribuye a colocar a las empresas nacionales en estado de vulnerabilidad. Esta lógica económica, solo ofrece como solución genuina, procurar mejorar sus estándares dentro de la propia actividad, para lo cual debería haber claras condiciones de igualdad en los mercados.
Mercados.
Estimaciones del sector, indican que la presencia de las multinacionales de seguridad física en el mercado, alcanza aproximadamente un 14% al 20% en avance, según las pautas que cada una lleva adelante como política estratégica.
Esta lectura ofrece varias interpretaciones, ya que si bien por un lado dicho porcentaje no constituiría por sí solo un monopolio, se estima que el mismo, constituye un nicho de negocios cautivo a solo esas empresas, en tanto el 80 % u 86 % restante se correspondería con las casi (10.000) nacionales restantes según lo expresado. Esta ecuación en términos potenciales, da un proyectado distorsionados entre unas y otras.
Así, entre 2011 y 2012 las empresas extranjeras admitieron un crecimiento del 11% en Iberoamérica, cuando en Europa lo hicieron del 5% al 8%, con lo cual Latinoamérica fue vital en su crecimiento, gracias a la tendencia económica favorable del período. Resulta importante considerar que las mismas tienen como objetivo, crecer a un ritmo superior a la media del mercado, en la idea que el sector latino aparece fragmentado, sin clara regulación y con escasa fiscalización.
Sin embargo, la realidad varió y crisis mediante, los indicadores sugieren un agotamiento en su capacidad de desarrollo, por lo cual se transita una etapa de retracción del crecimiento efectivo, ante lo cual para sostener los niveles, a falta de crecimiento directo, hay ensanche indirecto. Esto no significaría otra cosa que una competencia normal. Sin embargo si ella se desequilibra como está sucediendo, se va hacia una inevitable concentración, con consecuencias ya experimentadas.
El panorama en el mercado de la seguridad electrónica en Latinoamérica se desarrolló en forma similar en casi todos sus países. El sector se inicia formalmente en la década del ´80, con empresas solo nacionales. A mediados de los ´90 se incorpora la mayor multinacional del sector adquiriendo carteras de empresas de monitoreo de alarmas preexistentes. Su estrategia comercial apoyada en fuertes recursos financieros, les permitió la entrega de equipos en comodato, diezmando de alguna manera el concepto de calidad en las instalaciones y de la seguridad de los propios sistemas. Esta modus operandi hizo escuela en momentos de paridad cambiaria, terminando por otro camino en el mismo endeudamiento que las de seguridad física.
Concentración.
Salvo regiones puntuales, en el mundo se viene dando una fuerte concentración empresarial, dato por demás conocido en Latinoamérica. Si bien muchos aspectos llevan a ella, la realidad indica que en algo más de diez años, han abandonado el mercado por distintas causas, importantes empresas nacionales de diferentes países, que no han sido sustituidas por otras de su igual envergadura.
Si bien esto no es por sí solo causal de concentración, si es indicativo de que no existió una fuerza suficiente del mercado para que ello ocurriera. Esto ratifica el estado de debilidad del mismo y su indefensión frente al endeudamiento, además de convalidar las diferentes estrategias de que las multinacionales disponen para superar las medias de crecimiento. Por caso, de alguna manera coinciden en compras a valores muy convenientes de empresas locales. Sumado todo esto a ciertas alianzas y fusiones, se comprende el inexorable camino a la concentración y sus consecuencias.
Sin perjuicio de ellos, varias Cámaras empresariales entienden que esta concentración, puede constituir un monopolio o cuando menos un oligopolio.
Monopolio: Es una organización que abarca, con conducción unificada, la totalidad de las empresas de una misma rama de negocios en determinado territorio.
Oligopolio: Es la concentración de la oferta de un sector industrial o comercial en un reducido número de empresas del mismo rubro.
Competencia.
Las cuestiones que marcan grados de competencia diferenciadas los dan legislaciones deficientes; excesos arancelarios; sanciones confiscatorias; prestaciones adicionales de miembros de seguridad pública, salvo excepciones como Chile; la ocupación de empleados y subempleados, serenos y otras figuras laborales alternativas; cooperativas no habilitadas; etc. En el caso electrónico, ciertos beneficios para acceder a las pantallas activas de la seguridad pública y/o municipalidades, que van ganando fuertes grados de sospecha y desigualdad en el mercado.
Entre los factores ilegales cabe mencionar las casillas o garitas clandestinas; las empresas informales; las que negocian precios viles evadiendo obligaciones fiscales; la aplicación mal interpretada de las leyes laborales; los usuarios formadores de precios e incluso ciertas alianzas o uniones transitorias para obtener sistemáticas ventajas.
Desde hace algunos años, la competencia pasó a niveles de hiper competencia, en la búsqueda de nuevos servicios de seguridad. A esa realidad se llegó al ritmo de las crisis mundiales. Estudios propios permiten asegurar que la circunstancia, llevó a aumentar en general, los portafolios de clientes relativos, es decir, que la fidelidad ha caído bruscamente. La mayoría de las prestaciones, llevan a discutir los valores de venta, en virtud de que los usuarios en general, se han constituidos en duros formadores de precios, que deprimen los valores preestablecidos, aún con un relativo pero real riesgo solidario ante la eventual evasión del prestador.
El estudio permitió determinar también, que ciertas empresas locales, especialmente del interior de las ciudades Capitales de países, mantienen cierto nivel de carteras cautivas por cuestiones regionales a instancias de valores muchas veces por demás bajos, especialmente en zonas del interior de los países latinos.
En seguridad electrónica, si bien la realidad indica que mantienen un real crecimiento, la presión y el valor agregado que generan las empresas multinacionales, comprometen seriamente a las nacionales, que debido a la fuerte competencia, ven restringida al máximo su rentabilidad para competir en las ofertas.
Expansión de las multinacionales de la seguridad privada en América latina
Las políticas expansionistas, metodología conocida en el mundo entero, requieren de un fuerte posicionamiento en el mercado global y solvencia económica para encarar los procesos de compra en las condiciones más ventajosas. Por cierto las variantes de ingeniería pueden ser muchas, pero en general, tratándose de empresas del mismo rubro, dicho proceso se centra en una minuciosa selección del objetivo, cuyo riesgo de inversión y otras cuestiones de mayor complejidad son analizadas y auditadas por consultoras designadas, según protocolos convenidos.
Aquí vuelve a jugar el nada cuestionable concepto estratégico de crecer orgánicamente, con adquisiciones con parte del cash flow, que genera más imagen de explotación con valor agregado.
Aquí es donde muchas Cámaras de países argumentan como cuestionable que los dividendos que se obtenían antes de estas compras quedaban en el país, mientras que luego de ellas, esas ganancias son giradas a sus matrices, lo que si bien resulta común a cualquier otra actividad empresaria extranjera, no deja de generar un progresivo perjuicio a las economías nacionales, por cuanto aun pagando impuestos, el capital no tiene posibilidad de reinversión local.
El planteo lleva a la idea que las empresas multinacionales, paralelamente a la actividad específica, contribuyen a una ingeniería financiera compleja, controlada desde sus centrales, donde confluyen negocios que exceden la industria propiamente dicha, que en términos globales, les permiten operatorias y estrategias combinadas que a veces son utilizadas como factor de presión.
Esta apreciación no debería entenderse en un contexto equivocado, ya que es ciertamente normal que los volúmenes de transferencias, deban ser incorporados a una nueva red de negocios en el mercado bursátil y accionario del que participan.
No parece justo cuestionar la operatoria legal como tal, más allá de la apreciación indicativa, de que parte de la rentabilidad que se gira al exterior, por provenir de una actividad de servicios, podría ser proporcionalmente afectada a inversiones de capital dentro de los países, que en términos estructurales beneficiarían sus economías aportando a su desarrollo, más allá de los obvios aportes tributarios.
La incidencia que tiene cada compra de una empresa nacional, genera también un mensaje accionario, que da lugar a una legal ingeniería financiera, que les permite adquirirla prácticamente sin desembolso de capital, ya que la negociación implica la absorción de la deuda eventual arrastrada, la que se renegocia por otras vías.
Proyección de las empresas multinacionales a futuro
Quedó ratificado en varios Congresos, que las Cámaras empresariales, no deben permanecer ajenas a la discusión legislativa para el dictado de normas vinculantes, por cuando para ello es fundamental contar con la información del campo real que nuestras asociaciones tienen, ya que solo ello permitirá tener un panorama claro del mercado país donde deba regularse el interés del sector.
A partir de esto cada Capítulo deberá evaluar el impacto de acuerdo a su criterio y parámetros, con la recomendación de hacerlo en forma justa, porque precisamente aquí es donde estará la fuerza ética y moral para defender los auténticos intereses, dentro del contexto mundial que nos une.
Cierto es que cualquier proyección que se intente, debe reconocer que a futuro las empresas nacionales tendrán que replantear su conducta empresarial, ajustándola a pautas de modelo que por experiencia, necesidad y posibilidad ya tienen las multinacionales, cual es el cumplimiento de obligaciones tributarias; el mejoramiento de la imagen de los Guardias; capacitar a los mismos más allá de los cursos básicos; ampliar esa formación a niveles directivos; generar valor agregado a las prestaciones; defender los precios de venta referenciados; asistir a los recursos humanos, en sus necesidades básicas personales, familiares y sociales; priorizar los intereses del prestador por sobre las ventajas del usuario, y entre otras cosas, comprometerse en la lucha contra la informalidad, que a nivel Latinoamericano alcanza al 108 %. En una palabra, se trata de profesionalizar la industria de la seguridad privada en general.
Aquí es justo indicar que ese tipo de empresas, sostienen o subvencionan valores de venta que solo excepcionalmente deprimen, alcanzando rentabilidades lógicas, que junto al respaldo económico, les permiten mantener cierto grado de cumplimiento de sus obligaciones.
Ese es el desafío ante cualquier proyección, por cuanto alcanzar esos objetivos, es posicionarse en el mercado con herramientas ciertas de competencia, para lo cual no hay que defenderse sino enfrentarse con ideas, métodos y estrategias legales.
Conclusiones.
Aquí debe considerarse que la seguridad privada es una actividad altamente sensible, por lo que las normativas y desequilibrios, pueden tener incidencia directa en su relación con la seguridad pública, que es excluyente de los Estados.
Por consecuencia de lo expuesto, muchos concluyen que sus respectivas autoridades, no deberían permanecer ajenas a las cuestiones que pudieran alterar sus mecanismos de control, o que los mismos no resulten suficientes para sostener el más justo equilibrio del desarrollo integral de la competitividad empresarial.
Debe entenderse que estas consideraciones, no deberían ser vinculadas a cuestiones proteccionistas de intereses localistas, sino interpretado como una forma de aportar experiencias que puedan ser capitalizadas para una justa toma de decisiones.
La conclusión como tal, pretende instalar la discusión del tema y dejar abierta la posibilidad de ampliar el debate, a partir de considerar que cada país tiene sus propias características para analizar la presencia extranjera en sus mercados y de hecho así quedó establecido al principio respecto a los países que conviven con ella, quienes están en una etapa incipiente y condicionada y quienes no cuentan en su territorio con ese tipo de competencias.
Debe tenerse en cuenta que la industria se potencia en base a su crecimiento y en ese contexto deben priorizarse las mejores condiciones del mercado, asumiendo la defensa empresarial en el más amplio de sus conceptos, a partir de principios éticos que generen confiabilidad en sus mercados.
No sería bueno politizar la cuestión a partir de preconceptos o ideologías, ya que seguramente se perderá la verdadera intención que llevó a elaborar el presente.
Fuente: forodeseguridad.com