Decálogo para víctimas del hampa

El incremento de actividades delictivas en el país ha generado entre sus varias consecuencias, una aparente sensación de alivio entre la población cuando la víctima no es objeto de lesiones corporales. La pérdida de bienes pasa a un segundo plano y son motivo secundario de preocupación.
Aunque a primera vista pareciera que esa exposición no letal a la violencia, trae consecuencias menores, no siempre es así. Se sugiere tener presente las siguientes acciones básicas que deben considerarse a fin de minimizar las secuelas.
Permanezca en un lugar seguro. Salvo que se trate de un secuestro, muy posiblemente el delincuente prefiera asaltarlo en el sitio y no trasladarlo a otro lugar. Una vez que todo termine diríjase a una zona que le brinde protección: comercio, iglesia, parada de autobuses o cualquier área donde otras personas pudieran ayudarle. Por ningún concepto intente detener o perseguir al delincuente. Las posibilidades de éxito estarán en su contra, ya que el malhechor no deja al azar las vías de escape y estará dispuesto a todo para no ser atrapado.
Atención médica. Los efectos de la adrenalina, pueden enmascarar en un primer momento dolores u otros síntomas. Lo que pareciera una lesión menor, pudiera generar molestias o de no atenderse a tiempo, mayores daños a su salud. De ser posible no acuda solo, solicite a alguna persona de su confianza que le acompañe o espere en el centro hospitalario.  Evite trasladarse caminando o en motos. En caso de alguna recaída, un automóvil brindará mayor protección y comodidad.
Verifique de qué ha perdido. Es posible que no logre en un primer momento determinar lo que el delincuente le arrebató. Evidencie que aún dispone de sus documentos de identidad, así como medios físicos o electrónicos bancarios de pago. Los delincuentes tienen la habilidad de en un breve período de tiempo, hacer uso de chequeras, tarjetas de débito y crédito. Efectúe a la mayor brevedad las gestiones que permitan el bloqueo ante las entidades financieras.
¡Denuncie! Algunos ven como algo engorroso efectuar la denuncia ante los cuerpos policiales si el valor de lo afectado no es considerable. El proceso puede implicar gestiones que le ocuparán un tiempo adicional, pero tiene sus beneficios. Su vehículo, teléfono celular y documentos de identificación, pueden ser utilizados en delitos que afectan a terceros y en los que se suplanta su identidad. De allí que la notificación formal ante las instituciones es un paso que no debe pasar por alto.
Mantenga la integridad de las barreras perimetrales. Las rejas y puertas son las primeras barreras  que pueden proteger su negocio o residencia. De no lograr ubicar las llaves en su totalidad, proceda a cambiar de inmediato los cilindros de las cerraduras.  Sería un error suponer que es una víctima casual y que el delincuente no va a seguirlo e intentar penetrar en el inmueble.
Cuidado con los rescates. En ocasiones al efectuar el robo o hurto de un activo como por ejemplo un vehículo, el delincuente puede contactarlo para solicitar su rescate previo pago en efectivo. No caiga en la tentación de efectuar dicha transacción. Solicite la intervención de los cuerpos policiales que tienen unidades especializadas en atender estos casos. De lo contrario, puede ser nuevamente atacado sin recuperar la propiedad de su interés.
Amenazas o extorsiones. Pudiera ocurrir que los delincuentes intenten comunicarse con usted para amenazarlo, extorsionarle e intentar lograr ganancias adicionales. Si esto sucede, tome nota de todos aquellos datos que pueden ser de utilidad para efectuar una denuncia: sexo de quien le llama, hora, fecha, número telefónico y contenido del mensaje. Luego realice la notificación formal ante los organismos policiales. Así mismo, hágalo de conocimiento de personas de suma confianza.
Pólizas de seguro. Es conveniente que con anticipación verifique que sus pólizas están vigentes y con valores de reposición actualizados. Si el siniestro de que fue objeto está cubierto, no olvide cumplir con el proceso de notificación en los lapsos que le eviten quedar extemporáneo.
Riesgo psicosocial. Aunque las consecuencias personales al ser víctima del delito pueden ser inmediatas, existen otras que pueden manifestarse a mediano o largo plazo. El estrés, temor, angustias y miedos requieren que usted solicite ayuda profesional para canalizar debidamente el tratamiento. No subestime los efectos que puedan tener en usted y su grupo familiar.
Aprender de lo ocurrido. Se hace necesario analizar los eventos y de ser posible identificar las posibilidades que facilitaron al delincuente su labor. Ello le permitirá evitar que se repita y tomar acciones preventivas a futuro.
Recuerde que dependiendo de cada persona, los efectos subsiguientes a un hecho delictivo pueden perdurar o no en el tiempo. Estar consciente de ello y solicitar la ayuda necesaria es el primer paso para minimizar los impactos.
@alfredoyuncoza