Arabia Saudí da un paso al frente y anuncia la formación de una nueva «alianza islámica» para «combatir al terrorismo». Los saudíes ya formaban parte de la coalición que lidera Estados Unidos para hacer frente al grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero a partir de ahora se erigen en la cabeza deuna fuerza militar de 34 países musulmanes, entre ellos Egipto, Turquía, Pakistán o Nigeria, que centrará sus esfuerzos militares en los conflictos de Irak, Siria, Libia, Egipto y Afganistán. El joven ministro de Defensa, Mohamed Bin Salmán, precisó en rueda de prensa que «la coalición no se limitará a combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI) sino a cualquier grupo terrorista que nos haga frente». Los saudíes abren las puertas de la coalición «al resto de países islámicos», pero parecen no contar con aquellos donde la secta chií es mayoritaria como Irán o Irak, o donde el gobierno es aliado de la república islámica, como Siria.
El príncipe Mohamed, que a sus 30 años es el segundo en la línea de sucesión del trono, justificó la creación de la alianza por «la preocupación del mundo islámico para combatir el terrorismo y por ser un socio en la lucha mundial contra esta plaga». El príncipe es también el máximo responsable de la ofensiva militar en Yemen contra los hutíes (secta derivada del chiismo) y afirmó que en esta ocasión habrá «coordinación internacional con las grandes potencias y con las organizaciones internacionales». El centro de operaciones se situará en Riad para «apoyar las operaciones militares en la lucha contra el terrorismo», según la agencia oficial Spa. Riad ha sido también en los últimos días el punto de reunión de la oposición política y armada siria que, por primera vez desde el inicio de la guerra, lograron aunar esfuerzos de cara a las negociaciones con el régimen que darán comienzo el 1 de enero e Viena.
Desde Estados Unidos el anunció recibió el visto bueno de secretario de defensa, Ashton Carter, porque «está en la línea de lo que pedíamos desde hace tiempo, que es una mayor implicación de los países suníes en la lucha contra el EI».
Frente suní
En el vecino Yemen viven desde marzo bajo la ofensiva lanzada por la coalición árabe que lidera también Riad. La guerra ha costado la vida a 6.000 personas, la mitad al menos civiles, y en estos momentos vive una semana de alto el fuego para intentar buscar una salida dialogada con la mediación de Naciones Unidas en Suiza. Hakim Almasmari, director del diario «Yemen Post», piensa que esta nueva coalición encabezada por los saudíes «es solo un intento de intentar acabar con esa imagen internacional ligada de forma indirecta con la financiación de grupos terroristas». El auténtico motivo de esta decisión sería, según Almasmari, «crear un frente suní común ante la cada vez mayor amenaza de Irán y sus aliados, crear una alianza suní para frenar la creciente influencia chií en Oriente Medio». Una influencia que ha crecido desde la firma del pacto nuclear con Estados Unidos.
Durante toda la jornada las redes sociales recogieron las reacciones de sorpresa ante el anuncio de un país criticado por ser el principal propulsor de la ideología en la que se basan grupos yihadistas. «Gastaron miles de millones de dólares en las primaveras árabes y ahora acusan a las primaveras árabes de la inestabilidad. Que nadie se engañe, aspirar a un mundo árabe democrático, estable y plural no es el problema, es la solución», denunciaba Iyad El Bagdadi, activista palestino de los derechos humanos expulsado de Emiratos Árabes Unidos hace un año. La cuenta del grupo ‘Raqqa está siendo masacrada lentamente’, que informa desde el bastión del EI en Siria, se preguntaba si «¿Hay alguien más que quiera bombardearnos? Otro coalición que quieren bombardear a Daesh … bajo el pretexto de Daesh todos olvidan que fue Assad quien nos trajo al Daesh».
Fuente: abc.es