Este tipo de reuniones que siempre agregan valor a nuestras gestiones, son ahora mucho más importantes y se han convertido en citas frecuentes y esperadas.
Hace aproximadamente dos semanas, nos reunimos informalmente un grupo de profesionales dedicados al área de la seguridad a compartir los casos de delitos que más recientemente se estaban presentando en sus empresas.
Este tipo de reuniones que siempre agregan valor a nuestras gestiones, son ahora mucho más importantes y se han convertido en citas frecuentes y esperadas.
El complejo y aceleradamente cambiante entorno social, político y económico de Venezuela, está teniendo efectos casi inmediatos en la aparición de nuevas modalidades, que afectan a los trabajadores y el patrimonio de las organizaciones.
En este caso mencionaré lo referente al hurto de materiales, herramientas, maquinarias y repuestos en empresas de manufactura.
Aunque este tipo de delitos no es nuevo, sí lo es la alta frecuencia y el tipo de bienes seleccionados.
Uno de los casos analizados en la reunión, correspondió a una empresa procesadora de alimentos. Luego de algunos días de haber estado detenida una línea de producción y al proceder con el arranque, los operarios se sorprendieron al escuchar un ruido especialmente extraño. Cuando los técnicos realizaron la inspección a una maquinaria de dónde se presumía se originaba la falla, se consiguieron con el faltante de tornillos, tuercas y arandelas que servían de soporte. Las mismas no se encontraron en el área ya que habían sido premeditadamente sustraídas. Debido a la escasez de materiales en general, la sustitución e instalación de lo faltante tomó aproximadamente cuatro horas, afectando los costos y productividad planificada del día.
Al efectuar una rápida consulta entre varios responsables de la seguridad, nos conseguimos que este tipo de eventos se están haciendo cada vez más frecuentes independientemente de la naturaleza de la empresa. Lo sustraído pasa por bombillos, enchufes, pasadores, rodamientos, lubricantes, desengrasantes, baterías, clavos, martillos, destornilladores, entre otros.
Todo ingresaría a un mercado negro en el que se efectuarían compras y ventas rápidas, donde se benefician unos pocos y muchos son los perjudicados.
Los activos que no tienen seriales son los más fáciles de comercializar y pasar desapercibidos, y los importados o con características especiales los mejor pagados.
De allí la necesidad a considerar una serie de medidas, para minimizar la posibilidad que su organización sea víctima.
El protagonista puede ser cualquiera. Va desde trabajadores con cierta antigüedad hasta los recién ingresados o eventuales, contratistas o visitantes. No puede hablarse de un género o perfil específico. Así que las medidas de seguridad deben aplicarse a todos.
Hay una mayoría perjudicada. El falso que el impacto que crea el faltante repentino de una pieza o de un insumo estratégico para la producción, sólo afecta a los propietarios. En los actuales momentos, la productividad es un factor clave que están atendiendo las organizaciones sean públicas o privadas. La interrupción de un proceso de producción puede ser de horas o días, por la ausencia de lo que alguien creía que era una simple parte de un equipo. Así mismo, incide en la cadena logística y en la última etapa, el consumidor se suma a los afectados.
Aliados somos todos. Los trabajadores de la organización deben ser informados de los hurtos, las consecuencias y la importancia de su participación para prevenir los hechos. De seguro que los involucrados son una minoría, por lo que las acciones de esa mayoría honesta son de vital importancia.
Actualizar procedimientos. El reiterado incumplimiento en algún paso de los procedimientos administrativos de control, los identifica y aprovecha quien desea sustraer algo. Se hace necesario revisar los medios, las normativas y niveles de autorización, adecuándolos de ser necesario. La inspección frecuente y aleatoria a las maquinarias y equipos por parte del personal técnico es de gran ayuda.
Áreas de almacén. Quizá hace 10 años cuando se asignó un área para el almacén de repuestos, se trataba del espacio más idóneo. Verifique que la infraestructura no presente debilidades tales como cercas rotas, cerraduras que no son de seguridad o falta de iluminación. Un almacén bien organizado, permite detectar rápidamente cualquier faltante o cambio de materiales.
Invierta en seguridad. Existe sencillas tecnologías que permiten detectar o disuadir la ocurrencia de hurtos. Considere sistemas de control de acceso, circuito cerrado de televisión, alarmas, cerraduras y puertas de seguridad, entre otros. Todo debe ser fruto de las recomendaciones de un estudio de seguridad previo.
Es posible prevenir las pérdidas y sus efectos directos e indirectos, no espere a ser víctima. Conviértase en protagonista de su propia seguridad.
@alfredoyuncoza