Los drones empezaron como una novedad de la tecnología que inicialmente estaba dirigida a la recreación. Pero posteriormente fueron apareciendo una serie de nuevos modelos, que los han convertido en herramientas de múltiples aplicaciones entre ellas la seguridad y la paz.
Una muestra de esto es el proyecto que actualmente adelanta el Banco Mundial, y que busca levantar un registro de catastro y bienes raíces en Kosovo. Con una inversión que ronda los doce millones de dólares, se aplican nuevas tecnologías que permiten levantar mapas en una fracción de tiempo y costo de los procedimientos convencionales. Esto facilitará formalizar los registros de propiedad y el desarrollo económico, para una población que fue víctima del conflicto de los Balcanes. Por otra parte, los datos geoespaciales permitirán actualizar información de ríos, carreteras, centros de producción de energía y otras instalaciones de carácter estratégico.
En la recientemente finalizada feria CES (Consumer Electronics Show), realizada en las Vegas (USA), se presentó un nuevo modelo de dron que incorpora una cámara termal. Esta innovación amplía el abanico de aplicaciones que van desde tareas en instalaciones industriales, hasta de búsqueda, rescate y salvamento, incluso en condiciones de poca iluminación.
En el mismo evento se presentaron modelos que logran velocidades de 40 kilómetros por hora, que incluyen nuevos diseños de seguridad en las aspas, reducción del peso para facilitar el que sean portátiles, y posibilidad de conectarlos a gafas (lentes) de realidad virtual.
Pero también en el área de la seguridad se han generado situaciones, que han puesto a reflexionar a las autoridades de diversos países, sobre la necesidad de ser proactivos en materia de legislación y acciones de control.
Francia luego de los atentados terroristas sufridos entre el 7 y el 9 de enero del 2015, se mantuvo en un alto nivel de alerta. La situación de tensión se agravó un mes más tarde, cuando durante dos noches consecutivas, drones no identificados fueron vistos volando sobre París. Ya en octubre del 2014 habían sido avistados este tipo de aparatos sobrevolando cerca de varias centrales nucleares. En ambos casos se realizó una intensa movilización de las fuerzas de seguridad.
En Julio del pasado año Suiza inició un conjunto de pruebas para implementar el servicio de correos mediante el uso de drones. Los ensayos que se estiman duren cinco años, permitirán hacer entregas rápidas de sobres y paquetes, lo que favorecería en especial a los habitantes en zonas de difícil acceso. El proyecto incluye todo tipo de consideraciones de seguridad, tales como detectores de última generación de explosivos, drogas y otros materiales peligrosos o de movilización restringida.
En Diciembre del 2015, la Organización de Naciones Unidas, por medio de su jefe de operaciones de pacificación Herve Ladsous, informó que intensificaría el uso de drones, especialmente en las zonas críticas y de alto riesgo en las cuales tiene presencia.
En una iniciativa orientada a elevar el nivel de seguridad de Tokio, los cuerpos policiales de esa ciudad anunciaron a finales del 2015, la creación de un escuadrón de drones. La novedad en este caso, es que tienen por objetivo identificar, ubicar y capturar a otros drones. En Abril del 2015, un dron con una pequeña cantidad de material radiactivo se posó en la oficina del Primer Ministro de Japón. La legislación japonesa prohíbe el vuelo de estas naves sobre ciertas instalaciones, consideradas estratégicas para la seguridad del país.
El futuro de los drones es muy promisorio por la amplísima gama de aplicaciones que se mantienen en pleno desarrollo, y las que están en proyecto. En cualquier caso, tres factores deben ser considerados, la seguridad, las regulaciones locales e internacionales y el éxito en el crecimiento de una industria cuyos costos permitan la acelerada masificación de esta tecnología.