Obama es el primer auténtico loco por los aparatos que ocupa la Casa Blanca pero su entusiasmo por participar en la revolución de la tecnología personal se ve trabado por el secreto y los desafíos de seguridad que forman parte diaria de su trabajo.
Lo que son cosas que hay que tener para mucha gente -cámaras de alta definición, micrófonos poderosos, radios inalámbricas conectadas a la nube y trasmisores de ubicación GPS precisos- son amenazas potenciales si el líder del mundo occidental quiere llevarlas consigo.
Y por tanto usar los últimos dispositivos significa más que simplemente ordenar uno a Amazon para entrega en el 1600 de la Avenida Pennsylvania. Significa aceptar limitaciones impuestas por los expertos en tecnología de la Casa Blanca, cuya misión es asegurar las comunicaciones del presidente y los agentes del Servicio Secreto que lo protegen.
“Por razones de seguridad no puedo tener un iPhone” reconoció Obama en un encuentro de la juventud en 2013.
Pero no se ha dado por vencido. Obama es el primer comandante en jefe que lleva un BlackBerryconfigurado especialmente. Lee informes y ve los resultados deportivos publicados por ESPN en una iPad (la primera de las cuales le fue dada por Steve Jobs antes de su venta al público). Y recientemente se lo ha visto llevando la Fitbit Surge, una pulsera que controla el estado físico con toda la última tecnología en su muñeca izquierda.
A Obama se lo vio por última vez con la pulsera durante su aparición en una serie de Jerry Seinfeld para Internet, “Comedians in Cars Getting Coffee” (Comediantes en autos yendo por un café). La Fitbit de Obama hace una breve pero clara aparición mientras maneja un Corvette Stingray 1963 con su mano izquierda.
El sitio en la red de Fitbit, que dice que el modelo Surge “es el máximo súper reloj de aptitud física”, anuncia que cuenta con “tracking GPS” y “sincronización inalámbrica, las que podrían ser problemáticas para los agentes de seguridad que no están dispuestos a difundir la ubicación del presidente y su estado físico. El sitio señala la presencia de comunicaciones Bluetooth y ocho sensores, incluyendo un monitor del ritmo cardíaco.
Funcionarios de la Casa Blanca repetidamente se negaron a comentar sobre los problemas deseguridad respecto de la tecnología personal del presidente. Funcionarios de Fitbit no respondieron a correos pidiendo información sobre su de su dispositivo.
Fuente: noticiaaldia.com