Corrupción, confianza y seguridad

Transparencia Internacional es una organización dedicada a combatir a nivel mundial la corrupción en sus diversas modalidades. Dispone de una sede en Berlín donde se ubica su Secretaría General, y capítulos o delegaciones en más de cien países.
Cada año elabora y hace público el estudio «Índice de Percepción de la Corrupción», el cual es realizado por expertos en la materia y donde se presenta el resultado de la percepción el sector público en 168 países.
Existen una serie de factores comunes que caracterizan a los países que resultan mejor posicionados: un poder judicial independiente de otros sectores, quienes ocupan cargos públicos son ciudadanos con un alto nivel de integridad, transparencia en el uso de los presupuestos del Estado y una libertad de prensa incuestionable, entre otros.
Por otra parte, los países con peores resultados, tienen medios de comunicación que no gozan de libertades plenas, altos niveles de conflictividad, fuerte presencia del soborno, una gobernabilidad deficiente y débiles instituciones del Estado, entre otros.
Para el cálculo del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), se utilizan doce fuentes de datos diversas de once instituciones, entre las que se pueden mencionar el Banco Mundial, Freedom House, World Justice Project, Global Insight, Foro Económico Mundial, Banco Africano de Desarrollo.
El IPC es un indicador que clasifica a los países de acuerdo a las percepciones sobre el grado de corrupción de los ciudadanos sobre el sector público. Se basa en percepciones, ya que comúnmente las actividades ilícitas vinculadas a la corrupción, en principio se ocultan por los beneficiados de dichas actividades. Sólo salen a la luz pública mediante juicios o investigaciones, que en algunas oportunidades son fuente de escándalos. Para Transparencia Internacional  «Capturar las percepciones sobre corrupción de quienes están en posición de advertir esta práctica en el sector público es el método más confiable para comparar niveles de corrupción relativos entre distintos países».
El pasado 27 de Enero, esta organización publicó los resultados correspondientes al análisis del año 2015, sobre los cuales resaltaremos los aspectos más importantes en general y en especial para nuestra región.
Las cinco primeras y mejores posiciones quedaron en países fuera de América, en orden desde el primero son Dinamarca, Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda y los Países Bajos.
Los cinco países a nivel mundial con peores resultados son, en orden desde el último: Somalia y Corea del Norte (ambos en el puesto 167), Afganistán (166), Sudán (165) y Angola (164).
Los cinco países latinoamericanos con mejor desempeño durante el 2015 son Uruguay (21), Chile (23), Costa Rica (40), Cuba (56), Jamaica (69).
Los cinco países de nuestra región con peor posicionamiento en el ranking son (partiendo desde el más deficiente): Venezuela y Haití (158), Paraguay y Nicaragua (130), Guatemala (123).
Cuando se analiza el informe puede deducirse preliminarmente que los resultados son predominantemente positivos, ya que por encima de los dos tercios de los países incluidos en los análisis obtuvieron una percepción de cincuenta puntos  en una escala de 0 (percepción de elevados niveles de corrupción) a 100 (percepción de mínimos niveles de corrupción).
Pero se hace necesario preguntarnos si los países latinoamericanos nos sentimos conformes con los resultados.
Entre otras áreas, la seguridad se ve afectada por la corrupción. Veamos por ejemplo en Venezuela, la confianza que tienen los ciudadanos en sus instituciones policiales. Se estima en un conservador 60% el porcentaje de delitos que no son denunciados, por la desconfianza existente en los organismos policiales, respecto a que aborden imparcial y eficientemente los casos. Lo que argumentan los afectados es el temor que la información de sus denuncias llegue a los delincuentes, y sean contactados para presionarlos y lograr que el proceso judicial no continúe adelante.
La corrupción es un fenómeno que afecta a las sociedades en todos los entornos, sociales, políticos, económicos, entre otros. Mientras la misma se traduzca en el abuso del poder beneficiando a una minoría, y afectando a las grandes masas, la injusticia predominará, la confianza será erosionada y los ciudadanos serán los afectados finales.
@alfredoyuncoza