Entre los numerosos efectos negativos que tiene para un país la emigración de sus ciudadanos, se encuentra la pérdida del talento humano.
No es un secreto que Venezuela fue reconocida durante muchos años como un país receptor de inmigrantes. Las condiciones globales obligaron muy especialmente a mediados del siglo XX, que una inmensa población fundamentalmente europea, buscara destinos donde hacer una nueva vida.
La situación cambió en nuestro país y ahora la emigración forma parte seriamente, de los planes de subsistencia de los ciudadanos. Fuentes indican que en los últimos diez años, han salido de Venezuela aproximadamente 1.500.000 personas…y contando.
Lo que principalmente motiva a la movilidad es la situación social y política marcada por una fuerte inestabilidad, una débil economía que no presenta matices de mejora y la alarmante inseguridad, que sigue creciendo y atacando a todos los estratos sociales.
Entre los numerosos efectos negativos que tiene para un país la emigración de sus ciudadanos, se encuentra la pérdida del talento humano. Miles de jóvenes cada día adelantan las gestiones necesarias para continuar sus estudios en otros continentes. Otros miles de profesionales venezolanos se han sumado al capital humano en organizaciones de todo el mundo, siendo reconocidos por su alto nivel académico y experiencia profesional.
Cada año la organización Mercer Human Resource Consulting desarrolla y publica los resultados de su estudio sobre la calidad de vida, en más de 200 ciudades alrededor del mundo.
Mercer forma parte de Marsh & McLennan Companies, grupo empresarial con 140 años de historia, presencia de servicio en más de 100 países y relaciones de negocios con el 75% de las empresas incluidas en Fortune.
La particularidad de este ranking es que está orientado al mercado de los expatriados, es decir aquellos trabajadores que deben ser ubicados en países distintos a los de su origen. Por tanto, se ha convertido en un indicador de referencia para aquellas organizaciones, donde la movilidad de sus trabajadores forma parte de sus gestiones normalmente o por vía de excepción.
Para determinar la posición de cada ciudad se consideran diversos factores entre los que se encuentran políticos, económicos, salud, medio ambiente, seguridad, salud, educación, transporte, servicios públicos, entre otros.
El informe 2016, incluye 230 ciudades de las cuales las cinco con mejores calificaciones fueron Viena (Austria), Zurich (Suiza), Auckland (Nueva Zelanda), Munich Alemania) y Vancouver (Canadá). Las cinco últimas posiciones fueron ocupadas por Khartoum (Sudan), Port au Prince (Haití), Sana`a (Yemen), Bangui (República de Africa Central) y Baghdad (Iraq).
Las ciudades latinoamericanas mejor posicionadas son San Juan de Puerto Rico (74), Montevideo (78), Buenos Aires (93) y Santiago de Chile (94). En la misma región, las menos favorecidas son Managua (172), San Salvador (173), Caracas (185), Tegucigalpa (186) y La Habana (191).
La seguridad personal es uno de los factores que se considera con mayor detalle al elaborar el estudio. Las organizaciones en general mantienen un alto nivel de preocupación, en la integridad de sus trabajadores expatriados y sus familiares. Por otra parte, entre más inseguro sea un país de destino, mayores son los costos tanto de compensación al trabajador, como los de las medidas de protección.
En algunas oportunidades, las organizaciones establecen un “bono de alto riesgo”, cuyo monto varía dependiendo del nivel del cargo, la clasificación de seguridad del país y del tiempo que esté allí laborando. Así mismo, cuando los niveles de inseguridad son muy altos, se considera el no trasladar a la familia del expatriado e incluir en la compensación viajes a su país de origen.
Los sistemas de seguridad para el expatriado incluyen, estudios previos para determinar las zonas de residencia más seguras que ofrece la ciudad, personal de escoltas, vehículos blindados, sistemas de localización GPS y protocolos adecuados a cada caso, entre otros. No menos importante es el análisis que se efectúa sobre las condiciones de los organismos de seguridad de cada Estado, así como los niveles de seguridad jurídica.
La seguridad ciudadana es considerada como factor que se evalúa en todos los estudios a nivel mundial, para determinar el nivel de calidad de vida de un país. Tan peligrosa es la permanencia y la consolidación de la inseguridad, como que los ciudadanos de cualquier nación se acostumbren a ese estado de cosas.