En enero y febrero de este año, Corea del Norte realizó ensayos nucleares y de misiles, que entre otras consecuencias generaron la resolución 2270 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, la cual incluye nuevas y duras sanciones contra Pyongyang.
El viernes 04 de febrero, la prensa internacional destacaba entre sus noticias la orden dada por el líder norcoreano Kim Jong-un a sus jefes militares, para que mantuvieran sus armas nucleares listas para ser usadas «en cualquier momento».
Con un nuevo gesto amenazador, anuncia también una revisión a la postura de ese país, para realizar «ataques preventivos» a sus enemigos.
En su ensayo «Nuclear Deterrence in a Disordered World», Rebeca Hersman analiza lo que vienen a ser una serie de circunstancias que a nivel global, pudieran representar un serio motivo de preocupación en lo que respecta a las armas nucleares.
Hersman es directora del Proyecto de Asuntos Nucleares y asesor senior del Programa de Seguridad del Center for Strategic & International Studies (CSIS). Fue investigador senior en el Center for the Study of Weapons of Mass Destruction at the National Defense University (NDU).
Corea del Norte no pareciera ser el único dolor de cabeza en esa zona del mundo.
China ha demostrado su interés en ejercer un papel de mayor dominio en la región, y pone sobre la mesa reivindicaciones territoriales. En noviembre del 2015, el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, durante el desarrollo de la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, instó a las autoridades chinas a detener la construcción de islas artificiales en el Mar Meridional de China. Mientras el país asiático por medio de su presidente Xi Jinping manifestaba que el desarrollo de la cuenca del Pacífico requería de un clima de paz, por otro lado a un ritmo acelerado diversifica y moderniza su arsenal nuclear. En paralelo, mejora sus capacidades en sistemas avanzados de misiles, ciberguerra y aeroespacial.
La India y Pakistán, mantienen la competencia en el área nuclear, sólo que éste último país reconoció la posesión de una gama de armas nucleares tácticas, como parte de su arsenal disuasivo.
El 16 de enero de este año, Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU levantaron sanciones a Irán a cambio de la suspensión del programa de ese país que le permitía fabricar armas nucleares. A pesar de ello, sus vecinos Arabia Saudita, Egipto e Israel ven con desconfianza el éxito que a largo plazo pueda tener el acuerdo, que puso fin a un conflicto que comenzó en el 2002.
En junio del 2015, Vladimir Putin informaba que agregaría durante ese mismo año más de 40 misiles balísticos intercontinentales a su arsenal nuclear. Esa acción era un paso más, en su carrera para modernizar su armamento estratégico nuclear.
A Estados Unidos se le señala de no contribuir a fortalecer su industria nuclear, de la necesidad de desarrollar una estrategia de estabilidad sin provocación y de instar a los poseedores de armas nucleares a mantener en el más alto umbral posible, el uso de las mismas. Por otra parte, su papel no es sencillo ya que debe permanecer como el país líder de la no proliferación nuclear, a la vez que contar con los recursos necesarios como el pilar fundamental que se enfrente contra intimidaciones, coacciones o uso de armas nucleares. Todo ello, para mantener un entorno global que no corra el riesgo en transformarse en un terrible lugar.
@alfredoyuncoza