¿Qué distingue a los yihadistas de Daesh, Al Qaida y los talibanes?

La rapidez del movimiento talibán en nombrar sucesor, tras la muerte de su último líder, el mulá Mansur, pone de relieve la fortaleza del grupo terrorista afgano, que cuenta con posibilidades reales de reconquistar el poder en Kabul tras la retirada militar norteamericana. Tanto los talibanes (literalmente, estudiantes de teología islámica) como los otros dos grandes movimientos terroristas islámicos, Daesh (el autoproclamado Estado Islámico) y Al Qaida (la base), son suníes. Los tres comparten una interpretación radical del Corán y de la Sharía -la ley islámica- pero difieren en cuestiones de estrategia y de objetivo político final. Esas diferencias no han sido hasta la fecha graves: Al Qaida actúa en Pakistán en paralelo con el movimiento talibán, y solo ha tenido choques armados aislados en Siria, donde rivaliza con Daesh por el control de territorio.

En términos generales, los movimientos más peligrosos por su vocación global son Daesh y Al Qaida. Ambos grupos aspiran a conquistar por las armas para sus proyectos de “califato” tanto los territorios de mayoría musulmana (Dar al Islam) como los de mayoría “infiel” (Dar al Harb). En cambio, los talibanes, tanto afganos como paquistaníes, solo pretenden establecer en Afganistán y en los territorios pashtunes de Pakistán un régimen islámico, en el que puedan vivir y aplicar sus normas y costumbres ancestrales, tal como ocurrió durante cinco años tras la derrota de los soviéticos.

Daesh y Al Qaida aspiran en cambio al “califato mundial”, pero tienen diferencias en materia de táctica y de estrategia a medio plazo. Desde los atentados del 11-S, el movimiento Al Qaida ha privilegiado el impulso de franquicias mundiales, en África y en Asia, para extender su mensaje y desestabilizar regímenes. La Primavera Árabe le dio la oportunidad de intentar también el asalto al poder en varios regímenes árabes, que considera infieles e ilegítimos por su colaboración con Occidente. En cambio, Daesh se ha concentrado en la conquista militar de territorio en Irak y en Siria, donde ha autoproclamado un califato y trata de desarrollar los instrumentos burocráticos de un sucedáneo de Estado.

Tanto Daesh, como Al Qaida y los talibanes utilizan con profusión los atentados terroristas suicidas, que justifican con su interpretación radical y militarista de la yihad, la “guerra santa”. En términos ideológicos, los tres movimientos armados son salafistas: proponen un retorno a la sociedad medieval de la era del profeta Mahoma.

Fuente: abc.es